domingo, 17 de enero de 2010

La época dorada para los monstruos.


Siempre me ha atraido el cine de terror. Desde bien pequeño ha sido uno de mis géneros favoritos. Recuerdo cómo de adolescentes, con un primo al que también le gustan este tipo de películas, nos escapábamos al videoclub para hacer sesiones de Halloween, Los chicos de maiz, El exorcista, o Viernes 13. Daba igual cual fuera la saga. Lo importante era pasar mucho miedo antes de acostarse. El cine de los 80 tenía un hueco cada sábado en la bodega oscura donde veíamos las películas en invierno.

Después, en la época de universidad me acerqué a los grandes clásicos de la Universal. Reconozco que todas sus películas me siguen atrapando. Las películas no dan miedo en el sentido estricto de la palabra, pero guardan un encanto especial. Viejos caserones, luces y sombras, músicas inquietantes, miradas bajo la luna, túnicas impolutas, bosques ente la niebla...El monstruo como representación de una parte de la sociedad hacia la que no se quiere mirar. El monstruo como parte de lo que todos somos, pero también como algo que deseamos eliminar. El intruso que se introduce en nuestras vidas para acercarnos un lado oscuro hacia el que nos sentimos atraídos con facilidad pero que también nos repugna. Todo en ese período de entreguerras. Un período de terror en el que los fascismos atemorizaban a la poblacón mientras que los monstruos lo hacían en las salas de cine. La momia, el Hombre lobo, Drácula, Frankestein, El Fantasma de la Ópera, el Jorobado de Notre Damm, el Hombre Invisible, el Monstruo de la laguna, incluso los Freaks de Browning (aunque sean de la RKO). Todas las podría ver una y otra vez. Todas me siguen fascinando. Muchas de ellas se encuentran entre mis películas favoritas.
Todo esto venía porque he descubierto esta página que Universal ha sacado para promocionar el próximo estreno de El hombre lobo. Una página completa donde podemos dar un rápido repaso histórico a las obras más importantes de la mejor época para el cine de monstruos, recordar algunos clips de las mismas, disfrutar de sus carteles y bandas sonoras de fondo e incluso comprar los DVD´S de una fantástica colección que reune a gran parte de los films de esta época dorada del cine de terror.

Y entre todas, Elsa Lanchester tiene un hueco reservado entre mis imágenes imborrables, y también impagables. Pocas historias de amor tan bellas como en La novia de Frankestein.


2 comentarios:

Freud-Seraphin Stanlake dijo...

Clásica:
"El Hombre Invisible".

Moderna:
"El Muñeco Diabólico".

Jamás entenderé por qué son mis favoritas. Pero lo son.

Corcho dijo...

...y ahora te aterroriza Bergman, fíjate.