jueves, 31 de diciembre de 2015

Las 15 del 2015

Llevo unos años que intento no limitarme a las 10 del año. Así que ahí van las 15 del 2015, bajo el criterio con el que suelo hacer esta lista: que las películas hayan llegado este año a la cartelera española. Como todos los años, muchas de las películas de este 2015 las disfrutaremos en el 2016. 

De lo que he podido ver, para mí, esto es lo mejor de este 2015. Con la curiosidad de que a diferencia de muchos años, la que me parece la mejor película de este 2015, es un film que no tengo nada claro que quiera volver a ver.  Sufrí demasiado con el primer visionado. Esperando con ganas un 2016 de cine, ¡ahí van mis 15 del 2015!

1. EL CLUB, Pablo Larraín, Chile.  
  

2. CALVARY, John Michael McDonagh, Irlanda. 

 


3. MAD MAX: FURY ROAD, George Miller, Australia.
 


4. CORN ISLAND, George Ovashvili, Georgia.

 


5. BIRDMAN (O LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA), A. G. Iñarritu, EEUU. 

  


6. MANDARINAS, Zaza Urushadze, Estonia. 


7. FOXCATCHER, Bennet Miller, EEUU 



8. VICTORIA, Sebastian Schipper, Alemania. 

Aquí la crítica que publiqué en su momento en CINE PARA LEER
 

 
9. TAXI TEHERÁN, Jafara Panahi, Irán 

 


10. DEL REVÉS, Peter Docter y Ronnie Del Carmen, EEUU
 


11. BEASTS OF NO NATION, Cary Joji Fukunaga, EEUU 

 


12. LEVIATÁN, Andrey Zvyagintsev, Rusia.

 


13. TIMBUKTU, Abderrahmane Sissako, Francia-Mauritania.   

 


14. WHIPLASH, Damien Chazelle, EEUU.

   


15. AGUAS TRANQUILAS, Naomi Kawase, Japón.

 

En cuanto a cine español se refiere, creo que ha sido un año algo menos interesante que el anterior. La película que más he disfrutado es un documental que a pesar de haberse estrenado en 2015, apenas ha tenido distribución comercial en salas, más allá de pases en filmotecas y festivales de cine. Lo cual no es motivo para que esta película siga siendo una verdadera joya. De lo visto, estsa son mis 5 películas españolas de este 2015.

1. DESDE QUE EL MUNDO ES MUNDO, Günter Schwaiger. 


2. NEGOCIADOR, Borga Cobeaga. 



3. LA NOVIA, Paula Ortiz 



4. B, David Ilundain 



5. Truman, Cesc Gay   


Hecho el repaso a 2015, solo me queda desearos un feliz 2016. Ah, se me olvidaba. este 2015 nos dejó este pedazo de vídeo. Vamos a por un 2016 de cine.


lunes, 14 de diciembre de 2015

Carta a los Reyes Magos



Queridos Reyes Magos: 


 Hace tiempo que no les escribo una carta. Ahora con twitter, hay poco tiempo para más de 140 caracteres. Pero dadas las circunstancias, voy a tener la osadía de escribirles con alguna que otra petición, confiando en su infinita generosidad. 


Vivo una comunidad autónoma pequeñita, Aragón, en un país algo alejado de oriente. Somos apenas 1.300.000 habitantes. No somos, ni mucho menos, una de las comunidades más habitadas de este país. Entre los que habitamos y lidiamos a diario con un viento al que llamamos cierzo, llama la atención cómo han crecido numerosos directores cinematográficos pese a la la aridez propia de esta tierra. Será por lo testarudos que dicen que somos.  Aunque imagino, que ustedes que son magos, esto ya lo sabrán. Seguro que los tienen a todos, los del pasado y los del presente, bien ubicados. Pues bien, ya habrá llegado a sus oídos que hemos conocido la noticia de que "La novia" de Paula Ortiz ha recibido 12 nominaciones a los Premios Goya 2015. Como sabrán, es la película española que más nominaciones tiene este año.  Y bien merecidas, todo sea dicho. Parte de esta película, de hecho, se rodó en parajes cercanos a los que vuestras majestades suelen transitar. También hoy, hemos brindado por un joven director turolense, Javier Macipe, quien ha logrado su primera nominación al Goya -porque le llegarán más en el futuro, eso seguro-, con un maravilloso cortometraje (película pequeñita) titulado “Os meninos do Río”.  Como comprenderán, todos estamos de enhorabuena. Nos felicitamos por el cine que traspasa con fuerza las fronteras de nuestra tierra con cierta denominación de origen aragonesa. Estamos satisfechos por tan gratas noticias, muy felices por nuestros compañeros y nos sentimos más que esperanzados de cara al futuro para que el camino continúe en esta línea. Pero como sé de la magia que a sus majestades les suele caracterizar, quería aprovechar tal alegría compartida para que valoren mis deseos de cara al próximo 6 de enero. A ver si pueden echar una mano con algunas cuestiones. A que ahí van mis deseos para este próximo año. 

 


        No sé si sería posible que ayudaran de alguna manera a que las instituciones públicas de nuestra comunidad apostaran realmente por dar un impulso al cine aragonés. Suena a tópico, ya lo sé. Pero sería muy importante que ese impulso no se quedara en una mera foto diplomática para salir del paso, ni en intentar contentar a todo el mundo. Que ese impulso no se quedara en repartir ecuánimemente, sino en apostar con fuerza y decisión a aquellos proyectos que, como La novia, se vislumbran como verdaderos hallazgos cinematográficos, desde su propia semilla. Y que esa apuesta fuera en serio. Algo que sonara a “fondo de inversión a la producción aragonesa”. Algo que sonara a “diferenciación clara en los proyectos sólidos que puedan surgir en nuestra comunidad”. Algo que sonara a “conciencia de la importancia del apoyo al cortometraje en todas sus fases” y no tanto a “hemos conseguido subir un poquito las ayudas este año, estad de enhorabuena”. Algo que sonara a “duplicar la inversión de la Televisión Autonómica” -porque el cine hecho en esta comunidad, sí o sí tiene que pasar por ahí- y no tanto a “repartir el presupuesto del que se dispone”. Algo que permitiera acercarse, un poco más, a lo que se entiende como un tejido industrial medianamente serio. Porque, en general, quiénes se dedican a la producción cinematográfica saben que es más sencillo encontrar socios mayoritarios fuera de Aragón y coproductores externos, cuando la financiación de una película parte con cierto apoyo (real) desde la propia comunidad -o al menos así funcionan en las comunidades que sí tienen un entramado industrial cinematográfico y que debieran inspirar a la nuestra-. Igual que resulta más sencillo encontrar financiación autonómica, cuando se parte de una ayuda nacional que dé viabilidad al proyecto. Sé que lo tendrán difícil, porque estamos en época de ajustarse el cinturón y porque las instituciones no terminan de creerse esto de que el cine es algo más que un sector cultural. Porque a priori, nadie (o casi nadie) está dispuesto a jugarse su dinero por sacar adelante una película. Nadie tiene la obligación. Y en los tiempos que corren, tampoco está muy bien visto. Ya habrán oído eso de que los del cine "viven de subvenciones". No acaba de haber una conciencia global de que el cine es una industria y de que además de generar puestos de trabajo, impulsa la imagen de marca de una comunidad autónoma. Sin embargo, hoy leo en todos los medios de comunicación las palabras “directora aragonesa” y "rodada en Monegros", y no puedo evitar pensar lo lejos que ese calificativo lleva la marca “Aragón” a miles de personas y rincones. “La novia”, siendo una película pequeñita como es, obtuvo una ayuda del ICAA de casi 290.000 euros, una ayuda de Eurimages de unos 230.000 euros, la ayuda de TVE y de Aragón Televisión y también la de la Diputación de Zaragoza y el Gobierno de Aragón. Lo cual acerca su presupuesto a más o menos un millón y medio de euros, según han declarado en alguna ocasión sus productores. Pero por mucho que busco por internet, no logro leer en ninguna convocatoria cuánto se ha invertido desde determinadas instituciones. Y eso que es dinero público. Así que puestos, también les pido que traigan algo más de transparencia. Para que nadie tenga que ruborizarse al decir qué cantidad se ha destinado a una película en concreto (o a dos por año), sino que más bien sea para que todos los que vivimos en esta tierra estemos orgullosos de dónde se ha invertido ese dinero. Para que una institución pública pueda sacar pecho al decir, sin tapujos ni medias tintas, que ha invertido y no “gastado”, tal o cual cantidad económica en un proyecto cinematográfico ambicioso, cuidado, universal, que aspira desde su concepción a la venta internacional,  económicamente viable y sobre todo, muy sólido en su concepción global. Porque hace falta ser ambiciosos. Necesitamos ser ambiciosos.  Para que entre todos, se cree esa conciencia de que lo mejor que puede hacer una comunidad que aspire a tener un entramado cinematográfico estable, es tomar decisiones institucionales que de cara a la galería quizá no sean muy populares, pero de cara a la creación de un tejido industrial serio son más que necesarias. Y sé que es difícil, pero ni se imaginan, estimados Reyes Magos, cuán importante es esto que les pido, pues de ello depende el futuro del cine en esta tierra. De ello depende que otros productores se embarquen en proyectos como "La novia", que sean arriesgados y ambiciosos.


          Como seguro que van bien de tiempo hasta el 6 de enero y ya que me he puesto a escribirles, aprovecho  a trasladarles que me encantaría que  trajeran mayor conciencia de trabajo,  un poco más de pasión y algo más de esfuerzo. La verdad que, un poco más de paciencia, tampoco nos vendría mal.  Y sobre todo, una mayor dedicación a los proyectos que preceden a las películas. Paula ha invertido sus últimos cuatro años en dar a luz a su novia. Ha destinado una ingente cantidad de horas en adaptar a Lorca, en revisar una y otra vez su texto y en cuidar con su coguionista Javier García Arreondo, hasta la última de las palabras de su guion.  Ha dedicado una enorme cantidad de tiempo a buscar la financiación adecuada para rodarla y a preparar  minuciosamente el proyecto que precede a cualquier producción. El mismo que lleva a las diferentes vías de financiación que permiten ser mínimamente ambicioso. Diría que Paula lleva mucho más tiempo desentrañando el universo lorquiano. También ha destinado otros tantos años de su vida a una formación tanto académica, como cinematográfica, basada en la lectura, el visionado constante y la reflexión. En el fondo, nunca ha dejado de estudiar porque sabe que nunca se deja de aprender. Puede que además, de forma más o menos consciente, haya dedicado toda su vida a soñar con la belleza que ha sabido trasladar en su película. Por eso, también les pediría que trajeran mayor conciencia de lo importante que resulta formarse, ser crítico, y paciente. Y también que reforzaran esa idea de lo imprescindible que resulta en este oficio cultivar el propio juicio crítico. El individual de cada uno y, en ocasiones, también el que nos atañe a todos como colectivo. Porque ese es el único camino para mejorar en lo que hacemos. No veo otro. Desde la auto-indulgencia, veo más que probable que nunca encontremos el camino correcto.  O como dijo Woody Allen: intentar agradar a todo el mundo, es el único camino hacia el fracaso.

               
           Como sé que “La novia” se ha rodado con un equipo técnico de personas con gran talento, pero sobre todo, con mucho oficio, sin que esto suene a un abuso de su mágica confianza, también les quiero pedir que estas personas puedan ganarse la vida con sus respectivos oficios en esta comunidad. Este es mi deseo ajeno, pues comprendo que la petición global de paz y amor ya les habrá llegado. Qué alegre me pondría saber que estas personas no tienen que salir cada dos por tres a rodar una película a Madrid, Galicia, Andalucía o Barcelona. Qué bueno sería que pudieran estar cerca de sus familias ganándose la vida dignamente desde la comunidad en la que viven.  Ojalá  puedan rodar otra película así el próximo año  y un par más al siguiente. Pero claro, a poco que ustedes, desde su omnipresencia, analicen la situación, ya se habrán percatado que eso suele ser consecuencia de lo que les contaba antes. 



           Puestos a pedir, también les pediría algún que otro productor ejecutivo que crea realmente en lo que hace, que sepa ver el talento y el trabajo ajeno, que sepa minimizar los riesgos que siempre existen en esta profesión pero que sea arriesgado y, sobre todo, que ame el cine tanto como lo aman sus directores. Productores con oficio, con vocación por crear películas y con la confianza necesaria para embarcarse en grandes proyectos. Y productores que vean un tejido industrial detrás que les dé esa confianza. No les voy a pedir ni un futuro esperanzador, ni talento. Tengo la suerte de trabajar como profesor y lo veo a diario a mi alrededor. Pero al igual que sin juicio crítico, uno solo puede admirar su  sombra perdiéndose entre sus propios pasos, con una mochila cargada solo con talento, nadie es capaz de llegar al final del camino. 


           Espero no haber sido muy malo (al menos, he intentado no serlo) para que el año próximo se cumpla alguna de mis peticiones. El carbón que puedan traer, aunque creo que he sido bastante bueno, lo asumiré de buen agrado. Les deseo un buen viaje desde el lejano oriente.  


             P.D. Junto a las zapatillas, les dejaré "Plácido" para que conozcan un poco de nuestra navidad y tres vasos con mistela. Seguro que les encantará. El año que viene, prometo dejarles el blu-ray de “La novia”. Para que vean que, pese a todo lo que está por construir,  una gran directora llamada Paula Ortiz, ha rodado con tesón, pasión, dedicación y esfuerzo un peliculón, rodado desde su tierra natal pero con vocación internacional. Ojalá que con su magia, queridos RRMM, ayuden a que esto pueda convertirse en una práctica habitual. Si no, prometo dejarles cada año una película de José Luis Borau. En el peor de los casos, solo con eso, cubriré su llegada a mi casa durante una buena temporada.