Queridos Reyes
Magos:
Hace tiempo que no les escribo una carta. Ahora con twitter, hay poco tiempo para más de 140 caracteres. Pero dadas las
circunstancias, voy a tener la osadía de escribirles con alguna que otra
petición, confiando en su infinita generosidad.
Vivo una
comunidad autónoma pequeñita, Aragón, en un país algo alejado de oriente. Somos
apenas 1.300.000 habitantes. No somos, ni mucho menos, una de las comunidades
más habitadas de este país. Entre los que habitamos y lidiamos a diario con un
viento al que llamamos cierzo, llama la atención cómo han crecido numerosos directores cinematográficos pese a la la aridez propia de
esta tierra. Será por lo testarudos que dicen que somos. Aunque imagino, que
ustedes que son magos, esto ya lo sabrán. Seguro que los tienen a todos, los del pasado y los del presente, bien ubicados. Pues bien, ya habrá llegado a sus oídos que hemos conocido la noticia de que "La novia" de Paula Ortiz ha recibido 12 nominaciones a los Premios Goya 2015. Como sabrán, es la película
española que más nominaciones tiene este año. Y bien merecidas, todo sea dicho. Parte de esta película, de hecho,
se rodó en parajes cercanos a los que vuestras majestades suelen transitar. También hoy, hemos
brindado por un joven director turolense, Javier Macipe, quien ha logrado
su primera nominación al Goya -porque le llegarán más en el futuro, eso seguro-, con un maravilloso cortometraje (película
pequeñita) titulado “Os meninos do Río”.
Como comprenderán, todos estamos de enhorabuena.
Nos felicitamos por el cine que traspasa con fuerza las fronteras de nuestra
tierra con cierta denominación de origen aragonesa. Estamos satisfechos por tan gratas noticias, muy felices por nuestros compañeros y nos sentimos más que esperanzados
de cara al futuro para que el camino continúe en esta línea. Pero como sé de la
magia que a sus majestades les suele caracterizar, quería aprovechar tal alegría
compartida para que valoren mis deseos de cara al próximo 6 de enero. A ver si pueden echar una mano con algunas cuestiones. Así que ahí van mis deseos para este próximo año.
No
sé si sería posible que ayudaran de alguna manera a que las instituciones
públicas de nuestra comunidad apostaran realmente por dar un impulso al cine
aragonés. Suena a tópico, ya lo sé. Pero sería muy importante que ese impulso no se quedara en una mera foto diplomática para salir del
paso, ni en intentar contentar a todo el mundo. Que
ese impulso no se quedara en repartir ecuánimemente, sino en apostar con fuerza
y decisión a aquellos proyectos que, como La
novia, se vislumbran como verdaderos hallazgos cinematográficos, desde su propia semilla. Y que esa apuesta fuera en serio. Algo que sonara a “fondo de
inversión a la producción aragonesa”. Algo que sonara a “diferenciación clara en
los proyectos sólidos que puedan surgir en nuestra comunidad”. Algo que sonara
a “conciencia de la importancia del apoyo al cortometraje en todas sus fases” y no tanto
a “hemos conseguido subir un poquito las ayudas este año, estad de enhorabuena”. Algo que sonara a
“duplicar la inversión de la Televisión Autonómica” -porque el cine hecho en
esta comunidad, sí o sí tiene que pasar por ahí- y no tanto a “repartir el
presupuesto del que se dispone”. Algo que permitiera acercarse, un poco más, a lo que se entiende como un tejido industrial medianamente serio. Porque, en general, quiénes se dedican a la
producción cinematográfica saben que es más sencillo encontrar socios mayoritarios
fuera de Aragón y coproductores externos, cuando la financiación de una
película parte con cierto apoyo (real) desde la propia comunidad -o al menos así
funcionan en las comunidades que sí tienen un entramado industrial
cinematográfico y que debieran inspirar a la nuestra-. Igual que resulta más sencillo encontrar financiación autonómica, cuando se parte de una ayuda nacional que dé viabilidad al proyecto. Sé que lo tendrán
difícil, porque estamos en época de ajustarse el cinturón y porque las
instituciones no terminan de creerse esto de que el cine es algo más que un
sector cultural. Porque a priori, nadie (o casi nadie) está dispuesto a jugarse
su dinero por sacar adelante una película. Nadie tiene la obligación. Y en los
tiempos que corren, tampoco está muy bien visto. Ya habrán oído eso de que los del cine "viven de subvenciones". No acaba de haber una conciencia global de que el cine es una industria y de que además de generar puestos de trabajo,
impulsa la imagen de marca de una comunidad autónoma. Sin embargo, hoy leo en
todos los medios de comunicación las palabras “directora aragonesa” y "rodada en Monegros", y no puedo
evitar pensar lo lejos que ese calificativo lleva la marca “Aragón” a miles de
personas y rincones. “La novia”, siendo una película pequeñita como es, obtuvo una ayuda del ICAA de casi 290.000
euros, una ayuda de Eurimages de unos 230.000 euros, la ayuda de TVE y de
Aragón Televisión y también la de la Diputación de Zaragoza y el Gobierno de Aragón. Lo
cual acerca su presupuesto a más o menos un millón y medio de euros, según han declarado en alguna ocasión sus productores. Pero por
mucho que busco por internet, no logro leer en ninguna convocatoria cuánto se
ha invertido desde determinadas instituciones. Y eso que es dinero público. Así
que puestos, también les pido que traigan algo más de transparencia. Para que nadie tenga que
ruborizarse al decir qué cantidad se ha destinado a una película en concreto
(o a dos por año), sino que más bien sea para que todos los que vivimos en esta
tierra estemos orgullosos de dónde se ha invertido ese dinero. Para que una
institución pública pueda sacar pecho al decir, sin tapujos ni medias tintas,
que ha invertido y no “gastado”, tal o cual cantidad económica en un proyecto
cinematográfico ambicioso, cuidado, universal, que aspira desde su concepción a la venta internacional, económicamente viable y sobre todo, muy sólido en su concepción global. Porque hace falta ser ambiciosos. Necesitamos ser ambiciosos. Para que entre todos, se cree esa conciencia
de que lo mejor que puede hacer una comunidad que aspire a tener un entramado cinematográfico estable,
es tomar decisiones institucionales que de cara a la galería quizá no sean muy
populares, pero de cara a la creación de un tejido industrial serio
son más que necesarias. Y sé que es difícil, pero ni se imaginan, estimados Reyes Magos, cuán importante es esto que les pido, pues de ello depende el futuro del cine en esta tierra. De ello depende que otros
productores se embarquen en proyectos como "La novia", que sean arriesgados y ambiciosos.
Como seguro que van bien de tiempo hasta el 6 de enero y ya que me he puesto a escribirles, aprovecho a trasladarles que me encantaría que trajeran mayor conciencia de trabajo, un poco más de pasión y algo más de esfuerzo. La verdad que, un poco
más de paciencia, tampoco nos vendría mal. Y sobre todo, una mayor dedicación a los
proyectos que preceden a las películas. Paula ha invertido sus últimos cuatro años en dar a luz a su novia. Ha
destinado una ingente cantidad de horas en adaptar a Lorca, en revisar una y
otra vez su texto y en cuidar con su coguionista Javier García Arreondo, hasta la última de las palabras de su guion. Ha
dedicado una enorme cantidad de tiempo a buscar la financiación adecuada para
rodarla y a preparar minuciosamente el proyecto que precede a cualquier producción. El mismo que lleva a las diferentes vías de financiación que permiten ser mínimamente ambicioso. Diría que Paula
lleva mucho más tiempo desentrañando el universo lorquiano. También ha
destinado otros tantos años de su vida a una formación tanto académica, como cinematográfica, basada en la lectura, el visionado constante y la reflexión. En el fondo, nunca ha dejado de estudiar porque sabe que nunca se deja de aprender. Puede
que además, de forma más o menos consciente, haya dedicado toda su vida a soñar
con la belleza que ha sabido trasladar en su película. Por eso, también les pediría que trajeran mayor conciencia
de lo importante que resulta formarse, ser crítico, y paciente. Y también que reforzaran esa idea de lo
imprescindible que resulta en este oficio cultivar el propio juicio crítico. El
individual de cada uno y, en ocasiones, también el que nos atañe a todos como colectivo.
Porque ese es el único camino para mejorar en lo que hacemos. No veo otro. Desde la
auto-indulgencia, veo más que probable que nunca encontremos el camino correcto. O como dijo Woody Allen: intentar agradar a todo el mundo, es el único camino hacia el fracaso.
Como sé que “La novia” se ha rodado con un equipo técnico de personas con gran talento, pero sobre todo, con mucho oficio, sin que esto suene a un abuso de su mágica confianza, también les quiero pedir que estas personas puedan ganarse la vida con sus respectivos oficios en esta comunidad. Este es mi deseo ajeno, pues comprendo que la petición global de paz y amor ya les habrá llegado. Qué alegre me pondría saber que estas personas no tienen que salir cada dos por tres a rodar una película a Madrid, Galicia, Andalucía o Barcelona. Qué bueno sería que pudieran estar cerca de sus familias ganándose la vida dignamente desde la comunidad en la que viven. Ojalá puedan rodar otra película así el próximo año y un par más al siguiente. Pero claro, a poco que ustedes, desde su omnipresencia, analicen la situación, ya se habrán percatado que eso suele ser consecuencia de lo que les contaba antes.
Puestos a pedir, también les
pediría algún que otro productor ejecutivo que crea realmente en lo que
hace, que sepa ver el talento y el trabajo ajeno, que sepa minimizar los
riesgos que siempre existen en esta profesión pero que sea arriesgado y,
sobre todo, que ame el cine tanto como lo aman sus directores. Productores con
oficio, con vocación por crear películas y con la confianza necesaria para embarcarse en grandes
proyectos. Y productores que vean un tejido industrial detrás que les dé esa confianza. No les voy a pedir
ni un futuro esperanzador, ni talento. Tengo la suerte de trabajar como
profesor y lo veo a diario a mi alrededor. Pero al igual que sin juicio
crítico, uno solo puede admirar su sombra perdiéndose entre sus propios pasos,
con una mochila cargada solo con talento, nadie es capaz de llegar al final del camino.
Espero no haber sido muy malo (al
menos, he intentado no serlo) para que el año próximo se cumpla alguna de mis
peticiones. El carbón que puedan traer, aunque creo que he sido bastante bueno, lo asumiré de buen agrado. Les
deseo un buen viaje desde el lejano oriente.
P.D. Junto a
las zapatillas, les dejaré "Plácido" para que conozcan un poco de nuestra navidad y tres vasos con mistela. Seguro que les encantará. El año que viene,
prometo dejarles el blu-ray de “La novia”. Para que vean que, pese a
todo lo que está por construir, una gran directora llamada Paula Ortiz,
ha rodado con tesón, pasión, dedicación y esfuerzo un peliculón, rodado desde su tierra natal pero con vocación internacional. Ojalá que con su magia, queridos RRMM, ayuden a que esto pueda convertirse en una práctica habitual.
Si no, prometo dejarles cada año una película de José Luis Borau. En el peor de los casos, solo con eso, cubriré su llegada a mi casa durante una buena temporada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario