sábado, 29 de diciembre de 2007

¡Feliz 2008!

Las navidades pasaron y SALOMÓN ya podemos decir que es una realidad. Y por lo visto hasta el momento parece que es una realidad que va gustando mucho. El objetivo ya podemos decir que está más que cumplido. Muchos rieron durante las dos proyecciones - la de Zaragoza el día 21 y la de Candasnos el día 26 - y algunos se emocionaron al final del cortometraje. Especialmente tengo que reconocer que yo también me

emocione cuando ví que los actores del corto, Txema Blasco y Juan Manuel Chiapella dejaban caer algunas lágrimas al final del estreno en Zaragoza, así como algunos miembros del equipo de producción. A todos ellos, a todos los que la historia de Salomón les ha emocionado tanto como a mí, gracias por conseguir que creyera que todo el esfuerzo durante este año 2007 que se nos va, ha merecido la pena.


Gracias también a todos los que se han acercado a decirme que el cortometraje les ha emocionado. Gracias a todos los que se han hecho eco de la noticia, a todos los medios que durante este 2007 se han preocupado de guardarnos un espacio en sus programas, desde antes del rodaje hasta el mismo día del estreno. Esta misma semana aparecían dos artículos en el Diario del Altoaragón hablando sobre el cortometraje. Para verlos pinchar aquí y aquí.


Gracias a todos los que han aportado su granito de arena, mayor o menor para que hayamos podido rodar este cortometraje, que justo ahora comienza a dar sus primeros pasos. Sólo queda restarle suerte en el futuro 2008, dónde espero y deseo fervientemente que consiga emocionar o captar la atención de los espectadores que consigan verlo.


A todos los que habéis hecho posible que Salomón pase del papel a la gran pantalla: GRACIAS.


Curiosamente, y sin saberlo, cerramos esta navidad convirtiéndonos en pioneros. Algo en lo que yo no había caído y que tras hablar con algunos de los asistentes a la proyección del pasado 21 de diciembre, tengo que reconocer que me hace especial ilusión. Al parecer (que alguien me corrija si me equivoco), Salomón ha sido el primer cortometraje en proyectarse en HD en Aragón. Gracias desde aquí a Christie Digital, que nos facilitaron un proyector de HD para el día del estreno. Ojalá este sea el primero de muchos otros cortos aragoneses en HD que podamos disfrutar en la máxima calidad posible todos los que amamos el cine en nuestra comunidad.


A todos los que os acercáis por este pequeño espacio de vez en cuando: FELIZ 2008. Seguro que el año próximo es un año...de cine. Adjunto algunas fotos de los dos estrenos de Salomón estas navidades.











miércoles, 12 de diciembre de 2007

Últimas compras antes de que nazca el bebé...

La comparativa no tiene mérito ninguno. Pues son muchos los que comparan una película o un cortometraje con un parto. Porque realmente es como dar a luz a un pequeño niño. En este caso docemesino (vamos todo un experimento). Y como todos los niños que se esperan con ilusión, antes de que nazca hay que hacer algunas compras para que el pequeño se encuentre a cuerpo de rey. Pues bien...una de las últimas compras (no pagadas en este caso, jeje) es el cartel de SALOMÓN, que puedo al fin colgar aquí gustosamente. Obra y diseño de Fernando Martín, un crack en esto de la composición visual.



Y claro...para llegar al cartel definitivo pues suele haber unos pasos previos, como toda buena obra, en la que se hacen descartes de diseño y de identidad. Aquí los cárteles boceto que se descartaron y que desgraciadamente nunca verán la luz. Mi pequeño homenaje a este hombre que ha invertido varias horas de su vida para regalarle estos peducos al bebé que está a punto de nacer.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Rectificar es de sabios.

Insólito pero cierto, la Academia ha sabido rectificar. Las casi 4000 firmas recogidas en la plataforma de protesta para que la entrega del Goya a mejor cortometraje volviera a la gala han servido.
De nuevo un cortometraje español está alumbrando a toda Europa. Se trata de alumbramiento de Eduardo Chapero Jackson, que acaba de lograr el galardón a mejor cortometraje europeo del año. Curiosamente no está entre los seleccionados para competir este año.
Como siempre se cumple la norma de que los premios no deben tenerse en cuenta para medir la calidad de una película, en este caso de un cortometraje.

viernes, 7 de diciembre de 2007

El iglú, posiblemente el mejor corto del año.

Hace días que me pica el gusanillo de escribir sobre un cortometraje que me tiene abrumado, considerando que se trata de una ópera prima: El iglú de Carlos Val. Lo hago poque justamente ahora arranca el XII Festival de Jóvenes Realizadores de Zaragoza . Y lo hago, porque este año hay un corto, que al menos a mi parecer tiene una factura impecable. Es cierto que otros cortometrajes aragoneses de este año me han dejado paralizado en cuanto a la calidad de lo que se está realizando en Aragón...Pero sencillamente con el segundo visionado que pude tener de El iglú en el Centro Cultural CAI me sucedió lo que con otros cortos no me había pasado anteriormente. Y es que le encontré todavía más sabor que en un primer visionado.

Digamos que El iglú es ese cortometraje que a uno le hubiera gustado realizar. O al menos ese cortometraje con el que uno tiene la sensación que se está haciendo buen cine en Aragón. Su historia a diferencia del resto, o al menos a diferencia a lo que nos tiene habituados el cortometraje en nuestra comunidad no mira hacia su propio ombligo, sino que desde un punto de vista local cuenta una historia que trasciende a lo universal. Curiosamente los cortometrajes que están ganando premios en la mayoría de los festivales de nuestro país, son historias que trascienden a lo universal, o al menos que tocan temas universales. En este caso, su estructura narrativa se basa en la sencillez del boy mitch girl. Tema universal que funciona desde la etapa dorada del cine estadounidense. Algo tan sencillo y complicado a la vez que ha dejado innumerables buenas películas a lo largo de la historia del cine y que sigue y seguirá siendo caldo de cultivo para multitud de historias. En el caso de El iglú, un chico con problemas para hablar (casi mudo) que ha decidido viajar sólo para olvidar la muerte de un amigo y una joven lugareña que vive encerrada y enclaustrada en un lugar del que desea salir. Este encuentro fortuito propiciará que ambos encuentren regocijo en la otra persona. Contado así podría ser cualquiera de los cortos que estamos acostumbrados a ver. Contado tal y como lo ha contado Carlos, la historia adquiere un simbolismo, un peso dramático, un costumbrismo y sobre todo una realización bien hilvanada que facilmente y al ojo de cualquier espectador atento podría encontrar en varias ocasiones referencias (que no plagios) al mejor cine de Erice o al de los autores neorrealistas de mitad de siglo. Y digo referencias, porque creo y soy de la opinión que en los cortometrajes tiene y debe haber referencias de las que se beba. Debe haber un tono impreso, tal y como consigue imprimir Carlos a este corto. Debe haber por tanto una historia contada con un sello personal. Y sello sin duda este corto lo tiene. Amparado en este sello no sorprende por tanto encontrar apenas escasos diálogos a lo largo de los condensados minutos que el formato permite, o la ausencia total de música en los créditos finales. No sorprende por tanto, y permanece en la retina del espectador, la escena inicial en la que Carmen Barrantes ahoga con vino a una lombriz, o el momento en el que se descubre la flor rota tras haber logrado consumar ese amor repentino con el joven mudo. Esos breves momentos cargados de simbolismo (no sé hasta que punto sexual) que me parecen de una sutileza magnífica.


Si a esto le añadimos una Carmen Barrantes que bien pudiera recordar a la Jean Serberg de Al final de la escapada caminando junto a Jean Paul Belmondo por las calles de París, un paraje monegrino que enmarca y apoya perfectamente la acción transcurrida y que casi parece un protagonista más de ella y una fotografía - dirección artística cuidadas hasta el más mínimo detalle (atención al plano de Carmen Barrantes de espaldas observando el suelo al final del cortometraje) encontramos en El iglú uno de esos cortometrajes atípicos, originales y sin grandes pretensiones que no es poco en los tiempos que corren y que para servidor no pasa en absoluto desapercibido. Permanecerá pues en mi retina y en la de muchos otros durante un largo tiempo este cortometraje al que le deseo suerte en su paso por el Festival de Jóvenes Realizadores de Zaragoza. Al fin y al cabo los premios son importantes o no en la medida que pueden mantener a flote a un realizador, dándole a conocer a un mayor número de espectadores (sobre todo productores y profesionales del medio). Más allá de ahí, lo verdaderamente importante creo yo, es que cortometrajes como El iglú demuestran una vez más que se puede hacer buen cine en nuestra comunidad.

Nuevo trailer de SALOMÓN

Como soy un ñoqui y youtube no me reconoce la dirección de correo electrónico para poder colgar videos de Youtube aquí, os adjunto el enlace del nuevo (y último) trailer de SALOMÓN. Si alguien se anima a explicarme como se hace para que aparezca la ventanita de youtube en el blog, que lo diga porfavor.

Encontraréis la hora y fecha del estreno más abajo en otro post.

http://es.youtube.com/watch?v=jW6MGMU0tVo

lunes, 3 de diciembre de 2007

Adiós a 116 templos.

Acabo de ver las noticias de A3 y me he quedado frío cuando he visto que este año han desaparecido 116 salas de cine en todo el país. Por si fuera poco, muchas de las salas, templos cinematográficos para multitud de cinéfilos, que han intentado sobrevivir a la globalización de las multisalas llenas de adolescentes cargados de palomitas dispuestos a hacer de una película un infierno, han sido profanadas para transformarse en salas multi -juegos, dónde poder gritar, abuchear y tirotear a los compañeros que te rodean mientras juegas a un videojuego que se reproduce en la pantalla cinematográfica de manera simultánea a la del ordenador.


Se ha perdido el sentimiento de sala de cine como templo donde adorar y rendir tributo al séptimo arte. Ese templo donde perderse en la oscuridad de la sala para disfrutar de la proyección cinematográfica. Y no sólo se ha perdido, sino que ha dado paso a la mayor aberración posible: la masa. La implacable y atronadora masa, ajena a cualquier tipo de reflexión que pudiera ofrecer una película, sumida en el más absoluto desinteres por conservar el patrimonio cultural y capaz de devorar o transformar 116 salas en tan sólo un año. El cine como está concebido hasta el momento ya no interesa, pero perdonen que les diga, yo no admito que las salas multi -juegos sean la nueva manera de ver cine.


Que mal pinta el panorama para los que nos queremos dedicar a esto...