[REC 2] de Jauma Balagueró y Paco Plaza es una película muy mala. Sí. Muy mala. De esas que atraen a más de 2 millones de espectadores en un fin de semana. De esas que películas que la gente aplaude en la Mostra de Venecia. Y de esas películas que enervan a los amantes del cine terror.
La segunda parte carece de todos los elementos que en la primera parte sí funcionaban para obtener una película con un resultado más que destacable.
Enumeraré algunas de las razones por las que REC 2 me aburrió soberanamente. Y aviso que no a modo de crítica al uso. Más bien de forma caótica, y desordenada. Una película de tal calibre no merece menos.
1. Película buena de terror conlleva inevitablemente el uso del fuera de campo. Da más miedo sugerir que mostrar. Parece que esto último lo han obviado en este film. Aquí se muestra absolutamente todo. Se obvia el fuera de campo por completo renunciando a una de las mayores armas para generar intranquilidad en el espectador.
2. La forma ya no sorprende. Desde que se estrenó REC hemos visto también Cloverfield de J.J Abrahms y recientemente District 9 de Neill Blokmamp (la cual conforme pasan los días me gusta más). Es decir. La cámara al hombro, en este casola cámara en la cabeza de los soldados, molesta más que apoya a la escasa narración que contiene el film.
3. Aceptamos de nuevo esa forma de narrar. Bien. Pero no podemos aceptar que de repente un grupo de adolescentes graben como si fueran cámaras profesionales. La escena del exorcismo de uno de los jóvenes no tiene precio. Hay un plano que empieza con la cara del exorcizado, y acaba en un giro imposible y totalmente desnaturalizado en un escorzo del exorcizado para mostrarnos al cura que realiza el exorcismo. No cuela. Es tramposo y ofende a los que creemos en la verosimilitud de la cámara que imita la realidad.
4. Ah sí. Los exorcismos. Pues eso. Que el guión está construido en el Deux- Ex Machina (final sacado de la manga no anticipado) que resuelve la primera película. Y claro. Construir un guión entero bajo un Deux-Ex Machina pues genera problemas. E inverosimilitud. Y algunos problemas de guión. Rectifico: graves problemas de guión.
5. Los zombies – demonios (o lo que sean), corren. Corren demasiado. Siempre corren de manera frontal a la cámara, y siempre de la misma forma exceptuando el momento en el que aparece la madre de la primera película que aparece por un lateral. Y a mí, me dan más miedo los zombies que no corren en La noche de los muertos vivientes.
6. Los protagonistas (que no los hay de manera clara) de la película son todo estereotipos. Hablan con frases del tipo “salgamos de este infierno”, cuando tan sólo han transcurrido 10 minutos de metraje. Parecen sacados de una superproducción norteamericana.
7. El 90% de los sustos están basados en el sonido. No en la imagen. Aunque bueno, eso habitual en la mayoría del cine de terror actual.
8. Como película de acción tampoco funciona. Como cine gore no cumple las normas. ¿Comedia? A ratos sin duda. Entonces como película de terror llegamos a la conclusión que el objetivo que persiguen los personajes parece absurdo. Tres tipos armados de las fuerzas especiales tiene que conseguir la sangre de la niña Medeiros, cuando lo que quieren es marcharse de allí. Si obviamos que los tres tipos van armados hasta los dientes, lo cual puede facilitar su salida, entonces nos creemos la trama.
9. Que el espacio se acabe genera un problema. Porque ya todos conocemos el edificio. No hay problemas de conocimiento. De repente hacia el final del film descubrimos que ¡el nightshot de la cámara nos permite acceder a una dimensión pararela donde se mueve el diablo! Algo que por cierto, ya vimos en la La habitación del niño (Jaume Balagueró, 2006), de la serie de películas de tv que forman parte de la colección Películas para no dormir. Es decir, repetición de esquemas. Pastiche. Corta, pega, y así acabamos una segunda película.
10. Todo suena a algo visto, y nada suena a algo nuevo. Y eso cuando se trata de una película de terror es un problema.
11. La película es violenta porque sí. Es decir, violenta porque el público espera eso. Fuegos de artificio. Pero eso significa que deje ninguna de sus secuencias en la retina. Todo lo contrario. Se desvanecen tal y como uno las va viendo.
12. Manuela Velasco. Su aparición en sí es un problema. Y no porque interprete mal. Que lo hace genial. Sino porque para justificar su presencia en la película se necesita un rebuscadísimo giro final, que requiere una última secuencia explicativa que sobra por completo. Pero claro. Tiene gancho. Y es comercial.
13. El punto de vista es horrible. Y tramposo. ¿Por qué siempre es el cámara el que se queda en silencio? ¿Acaso los que hablan son mudos? Cualquiera que haya visto el video de comunión/boda de algún familiar sabrá que normalmente sucede todo lo contrario. El cámara no deja de hablar, con sus comentarios impertinentes, lo cual dificulta el visionado de las imágenes. Pero claro. Aquí no funciona. Aquí el cámara no debe hablar. Mejor calladito. En la primera colaba, porque la cámara era para un programa de televisión. Pero aquí en las escenas de máxima tensión el cámara sólo graba. No cuela.
14. Toda la película en sí carece de trasfondo, y vive de las rentas de la primera. Fallan forma, narración y fondo de la película, convirtiéndose en un pastiche infumable que lleva camino de convertirse en una de las película más taquilleras del cine español.
15. Lo peor de todo es que REC sí que funcionaba y esta película empaña (y de qué manera) la primera parte.
La segunda parte carece de todos los elementos que en la primera parte sí funcionaban para obtener una película con un resultado más que destacable.
Enumeraré algunas de las razones por las que REC 2 me aburrió soberanamente. Y aviso que no a modo de crítica al uso. Más bien de forma caótica, y desordenada. Una película de tal calibre no merece menos.
1. Película buena de terror conlleva inevitablemente el uso del fuera de campo. Da más miedo sugerir que mostrar. Parece que esto último lo han obviado en este film. Aquí se muestra absolutamente todo. Se obvia el fuera de campo por completo renunciando a una de las mayores armas para generar intranquilidad en el espectador.
2. La forma ya no sorprende. Desde que se estrenó REC hemos visto también Cloverfield de J.J Abrahms y recientemente District 9 de Neill Blokmamp (la cual conforme pasan los días me gusta más). Es decir. La cámara al hombro, en este casola cámara en la cabeza de los soldados, molesta más que apoya a la escasa narración que contiene el film.
3. Aceptamos de nuevo esa forma de narrar. Bien. Pero no podemos aceptar que de repente un grupo de adolescentes graben como si fueran cámaras profesionales. La escena del exorcismo de uno de los jóvenes no tiene precio. Hay un plano que empieza con la cara del exorcizado, y acaba en un giro imposible y totalmente desnaturalizado en un escorzo del exorcizado para mostrarnos al cura que realiza el exorcismo. No cuela. Es tramposo y ofende a los que creemos en la verosimilitud de la cámara que imita la realidad.
4. Ah sí. Los exorcismos. Pues eso. Que el guión está construido en el Deux- Ex Machina (final sacado de la manga no anticipado) que resuelve la primera película. Y claro. Construir un guión entero bajo un Deux-Ex Machina pues genera problemas. E inverosimilitud. Y algunos problemas de guión. Rectifico: graves problemas de guión.
5. Los zombies – demonios (o lo que sean), corren. Corren demasiado. Siempre corren de manera frontal a la cámara, y siempre de la misma forma exceptuando el momento en el que aparece la madre de la primera película que aparece por un lateral. Y a mí, me dan más miedo los zombies que no corren en La noche de los muertos vivientes.
6. Los protagonistas (que no los hay de manera clara) de la película son todo estereotipos. Hablan con frases del tipo “salgamos de este infierno”, cuando tan sólo han transcurrido 10 minutos de metraje. Parecen sacados de una superproducción norteamericana.
7. El 90% de los sustos están basados en el sonido. No en la imagen. Aunque bueno, eso habitual en la mayoría del cine de terror actual.
8. Como película de acción tampoco funciona. Como cine gore no cumple las normas. ¿Comedia? A ratos sin duda. Entonces como película de terror llegamos a la conclusión que el objetivo que persiguen los personajes parece absurdo. Tres tipos armados de las fuerzas especiales tiene que conseguir la sangre de la niña Medeiros, cuando lo que quieren es marcharse de allí. Si obviamos que los tres tipos van armados hasta los dientes, lo cual puede facilitar su salida, entonces nos creemos la trama.
9. Que el espacio se acabe genera un problema. Porque ya todos conocemos el edificio. No hay problemas de conocimiento. De repente hacia el final del film descubrimos que ¡el nightshot de la cámara nos permite acceder a una dimensión pararela donde se mueve el diablo! Algo que por cierto, ya vimos en la La habitación del niño (Jaume Balagueró, 2006), de la serie de películas de tv que forman parte de la colección Películas para no dormir. Es decir, repetición de esquemas. Pastiche. Corta, pega, y así acabamos una segunda película.
10. Todo suena a algo visto, y nada suena a algo nuevo. Y eso cuando se trata de una película de terror es un problema.
11. La película es violenta porque sí. Es decir, violenta porque el público espera eso. Fuegos de artificio. Pero eso significa que deje ninguna de sus secuencias en la retina. Todo lo contrario. Se desvanecen tal y como uno las va viendo.
12. Manuela Velasco. Su aparición en sí es un problema. Y no porque interprete mal. Que lo hace genial. Sino porque para justificar su presencia en la película se necesita un rebuscadísimo giro final, que requiere una última secuencia explicativa que sobra por completo. Pero claro. Tiene gancho. Y es comercial.
13. El punto de vista es horrible. Y tramposo. ¿Por qué siempre es el cámara el que se queda en silencio? ¿Acaso los que hablan son mudos? Cualquiera que haya visto el video de comunión/boda de algún familiar sabrá que normalmente sucede todo lo contrario. El cámara no deja de hablar, con sus comentarios impertinentes, lo cual dificulta el visionado de las imágenes. Pero claro. Aquí no funciona. Aquí el cámara no debe hablar. Mejor calladito. En la primera colaba, porque la cámara era para un programa de televisión. Pero aquí en las escenas de máxima tensión el cámara sólo graba. No cuela.
14. Toda la película en sí carece de trasfondo, y vive de las rentas de la primera. Fallan forma, narración y fondo de la película, convirtiéndose en un pastiche infumable que lleva camino de convertirse en una de las película más taquilleras del cine español.
15. Lo peor de todo es que REC sí que funcionaba y esta película empaña (y de qué manera) la primera parte.
Y ahora un Deux-Ex machina. No merece menos.
Está comprobado que cuanto más mala es la película española de turno, más gente acude a las salas. Una más a la lista de taquillazas del año junto a Mentiras y gordas y Fuga de cerebros. El cine comercial no dudo que es bueno y saludable para nuestra cinematografía. Pero por favor, no tratemos como idiotas a los espectadores que acuden a la sala, que luego es normal que las películas de Hitchcock les parezcan pesadas.
7 comentarios:
Jaume Balagueró no sabe escribir. Nunca lo ha sabido.
Le gustan los juguetes audiovisuales y ya está.
Como sabes pienso que la primera también es una estafa, pero la forma ensombrece el hecho de que no hay historia, algo que queda totalmente reafirmado en esta segunda película.
Y sí, es una de las películas más taquilleras porque el nivel intelectual de las personas que se acerca a las salas es mínimo, incluido yo.
Joseba
Estoy totalmente de acuerdo, rec 2 desgraciadamente empañará a rec 1 :(
La impresión que saqué a la salida del cine tras ver la primera, fue que acababa de asistir a otra gran comedia del cine español... no me voy a arriesgar con esta segunda, no sea que se superen a sí mismos. Ya hemos tenido bastante con Scary Movie jeje.
Un besote, y gracias por ahorrarme unos eurillos jajajajaja.
Pues espera a ver Millenium 2, la vi en el Festival de Cine de Sitges, y es un autentico tostón, por lo qué he podido oir la novela es igual de aburrida. Las segundas partes aprovechando el tirón inicial, a veces no son una buena idea.
De acuerdo en todo
Puntualización: es Manuela Velasco la que sale al final... Manuela Vellés es la impresentable que protagonizó Caótica Ana y que nada pinta en este tinglado
Saludos!
La verdad, que REC 2 asusta, pero de lo mala que es.
Mujer biónica. Gracias por la puntualización. Corregido está. Vellés aquí nada pinta.
Gracias por vuestras impresiones sobre la película. Veo que compartimos desengaños.
Saludos!
Una pelíucla absolutamente vergonzosa y lamentable. Podrían quemarse todas las copias y el mundo sería un lugar mejor.
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