Quizá porque sea reacio a aceptar
que las cosas se terminan (sobre todo cuando dependen de uno mismo) o quizá
porque siento que
llegará un momento en el que necesitaré escribir por aquí de forma frecuente y ya no habrá vuelta atrás. Da igual. No importa. No puede haber una entrada más
narcisista y estúpida que esta, en la que lo único que uno puede aportar es si
va a cerrar o no su blog. Y en el fondo, me resisto a hacerlo...Será que la decadencia, lo crepuscular o la nostalgia, forman parte de cómo entiendo que las cosas deben acabar.
Son demasiadas entradas escritas, más de 400...
Son demasiados años juntos...
Y demasiadas velitas sopladas a la par.
Y hoy…sin embargo, casi ni me acuerdo de la
contraseña de entrada para escribir aquí.
Solo te puedo decir…feliz
cumpleaños Mundoimplacable. Aquí sigues. Implacable, incluso a quién te trajo al mundo. A pesar de todo, a pesar de que el
silencio de ha apoderado de ti...por mi culpa. Y eso, que a pesar de todo, uno va entendiendo que cuando no se tiene nada interesante que decir, es mejor mantenerse callado.
Quizá algún día, lo tuyo o lo mío
vuelva a tener sentido. Quizá volvamos a tener una etapa feliz. Ahora, solo te echo de menos de vez en cuando y cada día me acuerdo menos de ti (y lo digo sin despecho).
Y ahora sí, a soplar las velitas, que es lo que toca hoy.
Pero antes...pide un deseo...
Ya sabes...en silencio. Que si no, no se cumplen.
Ya sabes...en silencio. Que si no, no se cumplen.
1 comentario:
Felicidades!! Y a mantenerlo vivo, que siempre han de quedar testigos!!
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