Tres apuntes breves tras el paso por el Festival de Sitges:
Después de presentar el corto dentro de la categoría Brigadoon, he podido hacer un buen tournet de películas en los días que he pasado en Sitges. De entre todas las películas que he visto destaco tres: “The Turin horse” (Bela Tarr) y “The yellow sea (Ha Hong-jin) y “Mirages” (Talal Selhami).
La primera, última película de Bela Tarr, supone un ejercicio fílmico, estético y visual de primer orden. En la clásica línea del director húngaro, The Turin horse está cargada de planos secuencia milimétricamente medidos para narrar una historia con lo mínimo de los mínimos. Una vez más, en blanco y negro. Poco le hace falta al director húngaro para profundizar en la psique de sus personajes, y para deslumbrar una vez al espectador, con un cine poco habitual en las salas, pero de gran calado técnico, temático y estético. La música le deja a uno sin aliento. Imprescindible. Lo mejor: la capacidad de contar una gran historia con muy poco.
La segunda, la coreana The yellow sea, nos dejó a todos los que estábamos en el Auditorio con la boca abierta, y recibió una sonada ovación al finalizar la sesión. La película ya acaparó mucha atención el la pasada edición del Festival de Cannes. Este thriller de ritmo trepidante está a la altura del mejor Michael Mann y aprovecha las posibilidades del digital para trazar una historia cargada de violencia y sorpresas. Parece una versión contemporánea de "Con la muerte en los talones", pero adaptada a los tiempos que corren. Estoy deseando ver la primera película de su director (The Chase), porque me he quedado impresionado con la calidad del film. Sin duda, lo mejor que he visto en estos días. Lo mejor: las luchas a cuchillo y hacha que mantienen sus protagonistas y dejan sin aliento al espectador.
La tercera película, la marroquí Mirages, es la ópera prima de su director. Sí, han leído bien. Una película de género rodada en Marruecos, lo cual ya es extraño de entrada. La historia se centra en un grupo que opta a un puesto de trabajo, y que tras un accidente provocado por la empresa, deben sobrevivir en medio del desierto. Allí el grupo se enfrenta a sus propios miedos, a la naturaleza extrema que les rodea, y al resto de sus compañeros para sobrevivir. La película, un “survival” en toda regla, aprovecha al máximo a sus actores, y contiene más de una secuencia de esas que le quitan a uno el aliento. Recuerda mucho a “Lost”, y al “El método”, pero en una línea mucho más salvaje. Lo mejor: los arcos de transformación de cada personaje en función de sus propios miedos y las visiones a través de los espejismos.
Y hasta aquí, este breve repaso de lo que más me ha gustado de Sitges. Si las llegan a ver, ya me contarán qué les han parecido (no sé si encontrarán distribución por aquí). Nosotros, nos venimos contentos y satisfechos, tras la buena acogida que tuvo “La Granja” después de su proyección (a pesar de que no se proyectara en 16:9 y no en su formato original 2:35, algo a lo que desgraciadamente, uno se acaba acostumbrando en los festivales)
¡Larga vida al Festival de Sitges!
1 comentario:
Me llama 'The yellow sea'
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