lunes, 5 de septiembre de 2011

Una película complicada


La piel que habito de Pedro Almodóvar me parece una película compleja. Compleja de ver, compleja de analizar y sobre todo, compleja de escribir y dirigir. El otro día escuché en una entrevista al director manchego, una declaración, que a priori, rezuma pedantería por los cuatro costados. Almodóvar declaraba que no hubiera podido realizar la película si no hubiera dirigido las diecisiete anteriores, y que esta película, sólo la puede dirigir alguien con mucha experiencia en el medio cinematográfico. Más allá de la campaña de marketing (donde Pedro Almodóvar es un experto) que suponga esa declaración, después de ver “La piel que habito”, no podría estar más de acuerdo con su director. Por irritante que suene a priori.

La complejidad de su trama, la profundidad de la banda sonora, el austerismo espacial y conceptual que la película posee, su guión retorcido hasta la saciedad (un guión invendible por otro lado e indefendible para cualquiera que no sea Almodovar) son algunso de los elemenos que me parecen demasiado extravagantes y singulares (tanto en fondo, como en forma) como para pasarlos por alto a la ligera. No sé si únicos, pero sí diferentes a todo lo que podamos ver en una sala de cine. Quiero partir de la hipótesis (quizá errónea) de que Pedro Almodóvar ha debido sufrir mucho para escribir este guión, independientemente de que esté basado en una novela, y de que tenga fuertes influencias de películas anteriores. Y partiendo de esta ridícula hipótesis (en el fondo casi siempre se sufre en mayor o menor medida para escribir), no creo que la película de Almodóvar sea una película fácil. La película -el guión más bien- acumula tanta perversidad, plantea tantas preguntas, y a su vez resulta tan repulsiva, que es difícil no reírse en varios momentos de la misma. Provocadas o no (me interesa poco la opinión de críticos como Boyero), esas risas funcionan en La piel que habito como una necesaria vía de escape para el espectador Aquí no estamos frente a una de esas tragedias nórdicas, o frente a una película a lo Michael Haneke que no suelen dejar ni un minuto de respiro. Tampoco creo que Almodóvar buscara eso. Pero sí que necesitamos reír para interiorizar según qué momentos del relato. Porque, aunque parezca ridículo en su planteamiento, asistimos a toda una aberración sin límites.

Puede que la venganza de la película no sea ecuánime al daño que le han infringido al protagonista (siempre se recomienda que la venganza sea proporcional para que funcione), puede que el giro central no se sostenga con claridad, y puede que esa mezcla melodramática y terrorífica que combina Almodóvar sean motivos para dinamitar la película y criticarla hasta la saciedad. Pero mentiría si no reconozco, que la película deja un poso, y que a diferencia de otras cintas del director manchego, me ha incitado (un poco) a pensar en el tan olvidado sufrimiento del artista. E incluso, como me señalaba una compañera de trabajo, puede que Almodóvar disfrutara escribiendo esta película (cuánta perversión entonces). Pero quiero pensar que no ha debido ser así de fácil para él.. Quiero pensar que algo turbulento, oscuro y maligno ha recorrido la espina dorsal del aclamado director para sacar de sus entrañas una película así. Quiero pensar, que alguien muy acomodado no es capaz de escribir algo así yque una historia así parte de una reflexión como artista a la que uno llega después de mucho tiempo, y de una buena dosis de implicación con la obra. Algo así como el Anticristo, esa obra tan desproporcionada de Lars Von Trier, y a la vez tan maligna y adictiva que el director danés escribió para salir de una gran depresión y que tantos palos le supuso. Porque lo maligno, a pesar de que casi siempre nos atrae, no siempre nos gusta. Y porque lo perverso, casi siempre nos devuelve una imagen de nosotros a la que no siempre queremos mirar, pero que invariablemente deseamos ver. Mucho o poco, Almodóvar ha debido sufrir escribiendo el guión de su película. La piel que habito contiene algo de verdad que se agradece en la sala de cine. Menudo descenso a los infiernos. Estoy de acuerdo, en que no cualqueira podría llevar a cabo un proyecto así. Y eso, a la postre, y por mucha tirria que le tengan algunos, sigue convirtiendo al director manchego, en un director único en el mundo.

-Y todo esto para decir, que la película me parece muy complicada, en todas las acepciones posibles del término-

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