sábado, 17 de julio de 2010

ENCRUCIJADAS EN LA FINANCIACIÓN DE CORTOMETRAJES EN ARAGÓN.

SUBVENCIONES II. Comisiones y criterios; desarrollo y consolidación.

Igual que cualquiera que quiera rodar un cortometraje sabe que depende en parte de la financiación que le otorguen en diferentes subvenciones, cualquiera que alguna vez haya integrado una comisión sabe que es uno de los trabajos más desagradecidos, exigentes y difíciles en el panorama audiovisual. Las comisiones, entiéndase también como jurados, invierten muchas horas de su tiempo para valorar proyectos, cortometrajes, guiones, etc. Es un trabajo desagradecido, porque cuando tu labor consiste en valorar proyectos de terceros, (siempre cargados de ilusiones y buenas intenciones), la valoración final rara vez deja contento al que promueve el proyecto. Es exigente porque para valorar, por mucha objetividad que se intente aplicar sobre lo que se valora, se necesitan unos criterios y unos baremos concretos y muy definidos sobre los que poder evaluar y con los que poder aplicar una apreciación fiable y certera. Y es difícil, porque por mucha preparación que se tenga, no siempre se puede disponer de las herramientas correctas para poder valorar. A veces ni siquiera se le puede dedicar el tiempo que sería adecuado a lo que se está valorando. En resumen, valorar un proyecto es una ardua tarea que requiere en definitiva responsabilidad por parte de quien valora, y eso conlleva hacer acto de conciencia de si uno realmente cree que ha sido lo más justo y objetivo posible con su valoración. Insisto que aún así, habrá siempre voces discordantes con la valoración determinada.

Pues bien, sabiendo la dificultad que reside en integrar una comisión de valoración, y lo complicado que resulta ser parte objetiva en una de ellas, lo primero que se debería facilitar a las comisiones que valoran la calidad, viabilidad y difusión de un proyecto de cortometraje en una subvención pública sería unas escalas determinadas de lo que deben valorar y de qué forma. La escala parte normalmente de los criterios que se solicitan al realizador en cuestión que debe presentar de forma obligatoria una serie de puntos concretos recogidos en un dossier en el que se debe explicar con todo detalle de qué trata el proyecto, cómo se va a llevar a cabo y qué se pretende con él. Acudiendo a los puntos concretos que se recogen en la publicación de las bases de la subvención de la DGA a la producción audiovisual, para que te concedan subvención se deben presentar los siguientes documentos (acompañados de la debida documentación legal) que expliquen el qué y el cómo:

  • Sinopsis argumental
  • Guión literario
  • Desglose de producción por partidas
  • Memoria Técnica, explicativa del proyecto, incluyendo colaboradores y relacionando el equipo de producción.
  • Plan de difusión del audiovisual a subvencionar.
  • Curriculum Vitae
  • Plan de financiación
  • Declaración de otras ayudas concedidas o solicitadas para el mismo proyecto, indican­do, en su caso, la cuantía.
  • Dossier de prensa y crítica de sus producciones, en caso de tenerlo.

Un verdadero recital de documentos que normalmente conlleva al realizador un buen número de días en su preparación.

En base a estos documentos, que a priori aproximan la calidad final y difusión de la producción audiovisual (sin olvidar que eso es en cierto modo algo imponderable hasta que no se termina una producción) la comisión realiza su valoración. Para la misma, los miembros de la comisión se rigen en torno a los siguientes criterios:

  • La calidad, valor artístico y originalidad del proyecto
  • El presupuesto y su adecuación al desglose de producción
  • La aportación al Patrimonio Cultural audiovisual de Aragón
  • El plan de explotación y su viabilidad
  • La cualificación de los equipos técnicos, artísticos y de producción
  • El curriculum profesional del realizador
  • La contribución al fomento del empleo en el sector, valorándose positivamente que la producción se realice con profesionales o equipos técnicos y artísticos aragoneses.

Por último y para que todo el mundo sepa quién integra estas comisiones, en las bases se especifica que la comisión estará formada por los siguientes integrantes:

  • El Jefe de Servicio de Fomento de las Artes y la Cultura de la Dirección General de Cultura, que actuará como Presidente.
  • Dos Técnicos especializados en el mundo audiovisual
  • Un crítico del ámbito de la producción audiovisual
  • Un representante del mundo de la exhibición audiovisual.

En principio todo parece bastante claro, pero tal y como se plantea al inicio de este texto, para facilitar el trabajo en la valoración de la comisión se debería especificar en las bases, la puntuación que se va a otorgar a cada uno de los puntos, y también la escala sobre la que se va a valorar. Algo que ayudaría a que hubiera mayor claridad, y también un rigor más certero sobre lo que se está valorando. Algo que hace años se aplica en otro tipo de subvenciones tanto autonómicas como estatales, y que resulta tan sencillo como marcar en una puntuación numérica el rango sobre el que se valora cada criterio para otorgar (o no) subvención.

Pongamos un ejemplo práctico: calidad, valor artístico y originalidad del proyecto. De 1 a 15 puntos. Otro: currículum profesional de realizador. De 1 a 10 puntos. Y así con cada uno de los puntos. Ayudaría también a que puntos como “La contribución al fomento del empleo en el sector (…)” fueran más específicos. De esta forma, si Pepito Pérez ha obtenido valorando cada uno de sus puntos por separado 65 puntos, y Manuelita Gómez sólo ha obtenido 34, la subvención se le otorgará a Pepito Pérez y no a Manuelita Gómez. Y cuando la resolución se haga pública, tanto Pepito como Manuelita conocerán la puntuación que han recibido sus proyectos y sabrán por qué se les ha otorgado o no subvención. En caso de creer que su proyecto merecía más la pena, siempre podrán solicitar un informe en el que se desglose la puntuación recogida por los miembros de la comisión. Esta puntuación reduciría los posibles momentos de subjetividad en los que (y sin pensar mal por favor) de forma inevitable se puede llegar a caer a veces en este tipo de valoraciones.

En segundo lugar, y en relación a los miembros de la comisión con los puntos a valorar es importante destacar que existen puntos que son verdaderamente complicados de valorar, incluso para las personas que se dedican profesionalmente a esto. Estos puntos son los que competen al ámbito de la producción: plan de explotación y viabilidad, y adecuación del presupuesto al plan de producción. Ambos puntos requieren predicciones y estudios pormenorizados de lo que cuesta cada partida presupuestaria, y aún así siempre está sujeto a imponderables que puedan surgir a lo largo de la producción. Ambos puntos requieren conocer desde lo que cuesta el alquiler de una cámara Red One o una cabeza caliente por poner un ejemplo, hasta las tarifas de lo que cobra un eléctrico medio, lo que cuesta al día alquilar una sala de mezclas de sonido o cuánto por minuto cuesta kiinescopar un cortometraje de más de diez minutos.

No obstante, sí se puede llegar a conocer con certeza cuál es la cantidad mínima con la que se puede rodar (o no) un proyecto, y de ahí también entra dentro de la responsabilidad del realizador solicitar una ayuda acorde al presupuesto general que tenga su producción audiovisual. Sin embargo, ¿entre los miembros de la comisión, que en ningún caso están integrados por ningún profesional de la producción audiovisual, quién conoce los precios actuales de mercado como para valorar con rigor estos dos puntos? ¿De qué forma saben si el presupuesto presentado por el realizador en cuestión está ajustado a los precios de mercado, o por el contrario supone una barbaridad o una ridiculez frente a esos precios? Por tanto, no estaría de más incluir dentro de esta comisión al menos a uno o dos miembros del entorno profesional, que para no levantar suspicacias de los más mal pensados, podrían ser externos a la Comunidad Autónoma en cuestión. En caso contrario bastaría con incluir a dos personas que se acrediten suficiente trayectoria en el mundo de la producción audiovisual como para poder valorar puntos tan complicados. Al menos resultaría más concreto que un “Técnico especializado en el mundo audiovisual” que resulta tan etéreo como estrambótico.

Otro tipo de puntos como currículum profesional nos llevarían a la pregunta de si habría que distinguir dentro de esta subvención entre personas que realizan su primer proyecto audiovisual o personas que ya tienen cierta trayectoria audiovisual. No olvidemos que estas subvenciones deben suponer siempre y en todo caso, una oportunidad para todo aquel que quiera emprender un primer proyecto audiovisual y no tenga cómo. Pero no se debería incluir en una misma partida económica al que realiza su primer proyecto audiovisual, y al que pretende profesionalizar su trayectoria audiovisual. Tan fácil como partir parte de la subvención y distribuirla de forma diferente. Dos partidas, una con cantidades menores para primeros proyectos audiovisuales (normalmente más baratos y asequibles), y una segunda con cantidades mayores (por lo que serían menos subvenciones) para proyectos más profesionales que requieren mayor inversión económica. Es decir, subvenciones acordes al proyecto que se presenta, y no en función de quién lo presenta. De forma que tanto nuevos realizadores como realizadores con una trayectoria más prolongada en el tiempo puedan desarrollar sus producciones audiovisuales en condiciones.

De nuevo encontramos encrucijadas donde mejorar un sistema que promueva el audiovisual en Aragón apoyando a sectores diferentes dentro del mismo panorama. Se entiende, que hay parte de todo esto que no depende exclusivamente de las comisiones, obligadas en muchos casos a otorgar subvenciones de forma eficiente y “contentando a todos”. Pero no olvidemos, que no debería ser éste el objetivo de unas subvenciones a la producción audiovisual, sino tal y como se indica en las bases al inicio del documento se considera necesaria esta subvención por la finalidad de impulsar el desarrollo y la consolidación de la producción audiovisual en todo el territorio de la Comunidad Autonómica de Aragón.

DESARROLLO y CONSOLIDACIÓN.

Ambos pilares son necesarios. Desarrollar y consolidar. Emprender y afianzar. Promover y apoyar a los nuevos realizadores, y fortalecer las carreras profesionales de los que ya dedican a este medio en sus diferentes vertientes. Y eso, conlleva también cierta distinción a la hora de otorgar subvenciones, porque los objetivos estos dos pilares siempre serán diferentes y contradictorios, y frente a unas bases poco específicas, o demasiado generales para objetivos tan diferentes, y frente a unas comisiones sin apenas baremos a los que acogerse, es complicado que mejores la situación del audiovisual en Aragón.

Y conste, por si no quedó claro en la anterior entrada, que este año he tenido la suerte de recibir subvención de la DGA, y voy a tener la suerte de poder aprovecharla para llevar a cabo un proyecto y cubrir una parte de la partida presupuestaria del mismo. Pero eso no significa que considere que la situación es la idónea. Como siempre, todo es mejorable. Aquí quedan recogidas algunas posibles soluciones que quizá no contenten a todos, pero que creo que otorgarían mayor claridad y también mayor eficacia dentro del fomento que desde el Gobierno de Aragón se realiza desde hace años en el panorama audiovisual aragonés.

Nota: Disculpen el fragmento en negrita, salta de manera automática así.

2 comentarios:

Octavio Lasheras dijo...

Hola Nacho, soy Octavio Lasheras.
Enhorabuena por tu análisis de las irregulares subvenciones concedidas en Aragón para que 4 amiguetes hagan sus cortos (es mi opinión), que además son malos y sólo los premian en Fuentes y Jovenes Realizadores de Zaragoza, jodo.
Tú me conoces y sabes bien lo que digo.
Por fin alguien tiene el valor de
estudiar el tema en detalle y decirlo en público.
Aun con todo, no mires a Aragón, sigue adelante y continúa sorprendiéndonos con tus cortos tan buenos.
Un saludo.
Octavio Lasheras

coleto dijo...

Un comentario razonado y donde sugieres ideas muy lógicas.

Ojalá llegaran a los oídos de quien tiene la posibilidad de cambiarlo...