"Estábamos hartos de tantos buenos y malos en las series de ficción, así que nos dijimos que se joda el espectador medio."
Es una de las muchas declaraciones de David Simon que aparecen recogidas en este libro que he devorado en los últimos días. Imagino que gustará a todos los que se hayan introducido en el mundo que ofrece The Wire.
Todavía no le he dedicado ni una entrada a The Wire. Quizá en el futuro atiborre el blog con varias. David Simon, creador de la serie y una de las mentes más lucidas y brillantes del audiovisual actual sabe que para llegar al grado de excelencia al que ha llegado The Wire (HBO, 2002, 2007) hay que prescindir del espectador medio. Las 60 horas de visionado, de los 60 capítulos divididos en 5 temporadas ofrecen una visión reveladora sobre el mundo en el que vivimos y sus relaciones, sobre el capitalismo y sus consecuencias, sobre los muros diarios a los que se enfrenta el ser humano, sobre la constante corrupción en las instituciones, en definitiva nos muestra los hilos que rigen nuestras vidas, y lo ignorantes que somos frente a los mismos. Y para narrar de la forma que lo hacen en la serie, Simon sabía que había que prescindir del espectador medio. Una de las muchas razones que lleva a The Wire a ser una completa desconocida para la gran mayoría de la audiencia con sólo 4 millones de espectadores de media en su última temporada en EEUU y apenas difusión en nuestro país. Curiosamente la serie tuvo un gran éxito en EEUU en dos sectores muy diferentes: entre los afroamericanos de clase baja de Baltimore (ciudad donde se desarrolla la serie) que la consideran el mejor reflejo de la realidad de cualqueir ciudad y entre buena parte de la crítica estadounidense que la consideran la mejor serie que se ha emitido en televisión.
De nuevo estoy visionando la primera temporada de la serie, y no pierde interés ni frescura pese a saber lo que sucede. En dos días han caído otra vez los 6 primeros capítulos de la 1º temporada. Y en sólo 3 capítulos las personas que la ven de nuevo conmigo ya han entrado en el síndrome The Wire.
The Wire es una obra compleja, completa y elaborada. Sin duda es una ficción mucho más compacta que cualquier película que puedan ver en en la cartelera actual, y por supuesto es caviar, frente a la cómida rápida de tantas series y a la mediocridad de buena parte de ese cine tan homogéneo que que llega desde EEUU y de buena parte de Europa. Cada diálogo, cada gesto, cada secuencia, sirve para construir personajes, que sobrepasan el término de "interesantes" para convertirse en "reales". Nada está porque sí, nada es gratuito. Y creo que junto a TREME, nueva serie del Simon, es la mejor inyección de ficción para pasar el áspero sabor de boca que deja el último episodio de LOST.
2 comentarios:
Hoy he venido al trabajo con mi camiseta de Dharma. Con una extraña sensación, como cuando te pones la de tu equipo de futbol el día despues de perder una gran final. No estás decepcionado, un poco triste quizás, pero sobre todo sigues amando a tu equipo.
Desdeluego no ha terminado como imaginaba, estaba seguro de que sería más intenso y menos polarizador...
Pese a este final, ha sido una MAGNÍFICA serie y como ya decía Desmond: "Nos vemos en otra vida, colega"
"The Wire" sigue siendo una de mis citas pendientes, pero su primera temporada, la que he visto, me parece extraordinaria.
Junto a "Los Soprano" me parece un ejemplo de cómo hacer cine en televisión.
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