lunes, 4 de octubre de 2010

MONTAJE II. LA GRANJA. La barrera de los 20


Tareas que realizamos cuando tenemos veinte minutos:

- Bajar a hacer la compra.
- Tirarnos en el sofá a ver un capítulo de sitcom.
- Dormir la siesta (dicen que es el tiempo adecuado).
- Leer la prensa gratuita (arrugada a última hora de la tarde) indicada para ese tiempo.
- Pensar qué hacer en los siguientes veinte minutos.

Pero nunca, nunca, nunca veremos un cortometraje de veinte minutos.

Un cortometraje de veinte minutos se considera normalmente como algo tedioso, largo, insoportable y pobablemente aburrido. Los veinte minutos en un cortometraje equivalen al Ben-Hur o el Doctor Zhivago dentro del cortometraje. Los treinta ya serían algo así como la Cleopatra del cortometraje ¿Por qué? Porque en muchos festivales de cortometrajes así nos lo han hecho creer, y porque en internet veinte minutos es mucho tiempo. También porque el 90% de los cortometrajes de esa duración son un auténtico sopor.

Hay que rodar cortometrajes de dos, de tres o de cuatro minutos a lo mucho, para que alguien te preste atención. Por lo menos para que lo haga en internet. Si tu cortometraje dura más de diez tiene que ser realmente bueno para no aburrir, y si dura veinte o más de veinte mejor olvídate de que el internauta se detenga a echarle un vistazo. El problema radica cuando tu cortometraje pide más de 20 minutos. Y lo pide porque llevas 17 minutos montados sometidos a continua revisión y todavía te quedan dos secuencias por montar: el clímax y tu desenlace. Es decir, dos secuencias de las que no puedes prescindir. Si el cortometraje sólo estuviera compuesto por planos no habría problema. Probablamente se quedaría en 20 minutos de imágenes. Pero hay que sumarle los títulos de crédito, y los logotipos de las instituciones que te han dejado pasta para poder rodarlo. Y eso te arrastra de forma irremediable a superar la barrera de los 20. La temida y tensa barrera de los 20.

Es entonces cuando empiezas a plantearte esa pausa que colocaste para crear tensión, o aquella mirada que hacía falta para que el personaje principal no estuviera hablando solo. Te planteas si esa persecución dilatada sería mejor contarla en tres planos y si el prólogo en vez de 40 segundos debería durar 10. O lo que es lo mismo, te cuestionas el ritmo de tu historia, que por otro lado sabes que peca de rápido. Y piensas en si a esa "cola" de plano le puedes quitar unos cuantos frames y a aquella otra otros tantos. Aunque en el fondo te engañas porque sabe que limando las "colas" de planos el problema no se soluciona. Sobra material. Y eso significa que algo del guión tiene que desaparecer. O por lo menos que hay que replantearse qué es lo verdaderamente importante en tu historia. Eso, o convertir tu cortometraje en un homenaje a la "nouvelle vague" lleno de saltos temporales desde un mismo eje de cámara.

Al final siempre se termina en ese punto. Uno se pregunta qué resulta fundamental para que la historia sea verosímil e interesante. Y sin embargo, todavía queda la esperanza de creer que las historias duran lo que tienen que durar. ¿Por qué acortar algo que pide más de 20 minutos? Es como querer pasar por debajo del limbó midiendo dos metros. Y encima querer pasarlo con ritmo y soltura. No es imposible, pero lo más probable es que uno acabe haciendo el ridículo.

La barrera de los 20 acecha. Está ahí. Al otro lado. Dispuesta a convertir el montaje de tu corto en un verdadero infierno.

5 comentarios:

Eo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eo dijo...

Las reglas, las normas, los tiempos... todo está medido para poder saltárselo si es necesario. "Lo correcto" no tiene que ser por fuerza lo acertado. Si tiene que durar más de 20' ¡que dure!. No obstante, llegados a este punto, es buen momento para mostrar lo que ya se tiene fabricado a alguien totalmente externo, no contaminado, que sea objetivo y con capacidad suficiente de valoración; porqué uno a veces está tan tan tan metido que pierde "la visión" global. De todas formas, confiamos ciegamente en tu criterio. ¡Suerte!

Aragüés dijo...

Amigo Nacho, como sufridor alguna que otra vez en mi vida de la barrera de los 20 minutos, solo puedo recomendarte... ¡No superar la de los 15! ¡Mucha mierda, macho y pa que lo haga falta ya sabes!

Ignacio Estaregui dijo...

"Ojos que no ven corazón que no siente". El espectador no sabe lo que falta, bastante tiene con asimilar lo que se le da. Yo ya me estoy aplicando el cuento. A tijeretazo limpio!!!! Ya que no pude asistir al rodaje... me ofrezco para pase de prueba particular!!

Nacho dijo...

De momento vamos a intentar terminarlo que no es poco.
Luego si es necesario ya meteremos tijera.

Nacho, gracias por el ofrecimiento.

Saludos a todos!