Siempre se queda alguna película por ver, pero dentro de lo visto, creo que esto es lo mejor que se ha estrenado. Influye lo racional, pero también lo emocional. Para el que tenga ganicas de leer, aquí viene una buena parrafada.
1. GRAN TORINO (Clint Eastwood, EEUU)
¿Por qué? Porque con la sobriedad y elegancia que caracterizan a Clint Eastwood consigue que nos acordemos del todos los personajes que anteriormente ha interpretado este maestro. Porque es todo un legado cinematográfico que despide a uno de los mejores directores del pasado y presente siglo. Porque cuando Kowalski cae boca debajo a causa de los disparos, parece caer toda una época con él. Y porque la peor película de Clint Eastwood sigue siendo con diferencia, mucho mejor que obras cinematográficas enteras de otros directores.
2. DÉJAME ENTRAR (Let the right one in, Tomas Alfredson, 2008, Suecia).
MEJOR PELÍCULA EUROPEA DEL AÑO.
¿Por qué? Pese a ser del 2008, en España se ha estrenado durante este 2009. Porque no deja indeferente a nadie. Porque es una de las mejores películas de terror que se han rodado en años. Por su buen uso del lenguaje audiovisual, por su gran historia -una enésima vuelta de tuerca al cine vampírico-. Porque narra la historia de amor más entrañable del año. Porque el final es sobrecogedor. Porque tiene todo lo que no tiene Crepúsculo. Y porque no emocionarse con esta historia no debe ser muy humano. O muy vampírico según se mire…
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Una vez llegada a la conclusión de cuales son las dos mejores películas del año, es bueno al menos rescatar ocho más, para formar una lista de diez. Las diez mejores del año. Ordenadas, por supesto, a criterio propio.
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Un fresco que rezuma realidad por los cuatro costados, rodado a caballo entre la ficción y el documental, con un acercamiento a las aulas de los barrios pobres nunca visto hasta el momento. La película sobrevuela algunos de los temas principales en la educación de los jóvenes en la actualidad, y de la problemática a la que se enfrentan diariamente sus educadores con un ritmo y una frescura, que sólo se puede lograr rodando en una clase real, e incluyendo a actores en una trama, que crecía conforme pasaban los meses. Novedosa en su realización. Novedosa en su planteamiento formal. Y con una sinceridad máxima en todo lo planteado. Toda una joya.
4. ENEMIGOS PÚBLICOS (Public enemys, Michael Mann, EEUU).
Muchos dirán que es aburrida, que no está al nivel de otras películas de Michael Mann, que el digital no favorece en la textura del film…En el fondo, aspectos secundarios, para toda una obra de cine negro, que además una propia reflexión sobre este género, y sobre el paso del tiempo que influye en el mismo. Si acudimos a los franceses, que nos decían que las mejores películas son aquellas que exploran y reflexionan sobre el propio medio, entonces no podemos negar que Enemigos Públicos es una de las películas del año. Mira con nostalgia, pero también con modernidad, a un género en decadencia, que sin embargo, y desde una óptica digital nos puede dejar escenas tan vibrantes como el inicio de la película –con Anticristo y Zombieland de las mejores del año-, como la salida de la cárcel de Dillinger, o como el final , con cierto toque épico, que mira al pasado sin ñoñería. Una persecución de gato-ratón, con un Johnny Deep, que ofrece una de sus mejores interpretaciones. Una atmósfera sucia y maligna que no se lograba así desde Camino a la perdición. No le sobra ni un minuto. Digna de ser, con Gran Torino, la otra película estadounidense del año.
5. REVOLUTIONARY ROAD (Sam Mendes, EEUU).
Sam Mendes es uno de los pocos directores, que ofrece siempre un alto nivel de compromiso en todas sus obras. O lo que es lo mismo, es sinónimo de buen cine. La historia de amor más desgarradora del año. Si Mad Men es la serie de época del presente y pasado año, Revolutionary Road es la película. En ella podemos encontrar una música tensa y dramática, una atmósfera a hastío que prácticamente se puede respirar, uno de los locos más definidos que se han visto en el cine, y un final que cae en el estómago como un puño de acero. Es, en contra de lo que muchos piensan, una de sus mejores obras. Y tiene algunos de los diálogos más asfixiantes que se han escrito este año.
6. DISTRITO 9 (District 9, Neill Blomkamp, EEUU y Nueva Zelanda).
La mejor película de ciencia ficción del año llega de la mano de un debutante. Por mucho que los alienados por Avatar se empeñen en demostrar lo contrario. Desde la óptica de la gran ciencia ficción nos retrata el problema del apartheid sudafricano. Nunca antes habíamos visto una nave alienígena atrapada en África. Tiene lo mejor de La mosca, pero también lo mejor de Independence Day, y de cualquier drama social que hable sobre la exclusión social. Una combinación explosiva, que pese a sus múltiples imperfecciones dejan una obra completa, que seguro que envejece bien, y sirve de referente para los directores del futuro.
7. UP (Peter Docter, Bob Peterson, EEUU).
Nota previa: fuera prejuicios que digan que el cine de animación no está a la altura del resto de géneros. Aquí se encuentra una de las mejores historias de este año. Si el año pasado nos quedamos maravillados con Wall-E, este año los estudios Pixar se superan, y nos dejan claro que la imaginación no entiende de límites. El listón sigue subiendo, y la película es todavía mucho más redonda que Wall-E. Si todavía hay alguien que no la ha visto, que no pierda más el tiempo y le de una oportunidad. Tiene una de las mejores escenas del año, dignas del mejor cine mudo, en la que se nos narra toda una vida de amor, en tan sólo cuatro minutos. Si eso no es suficiente…es que todavía tiene prejuicios.
8. MALDITOS BASTARDOS (Inglourious Basterds, Quentin Tarantino, EEUU).
A la película se le pueden sacar mil taras, no es la mejor que ha rodado, se hace larga en algunas partes, pero reconozcámoslo…tiene al mejor personaje del año, tiene el mejor final del año, y no deja de ser una interpretación propia sobre la historia, y sobre la historia del cine, que prácticamente nadie podría habernos ofrecido. Tarantino sigue ofreciendo pasajes inolvidables en cada una de sus películas. No hay mucho más que decir. Lo mejor es verla y dejarse envolver por la magia tarantiniana, que siempre se acaba colando, entre lo mejorcito del año.
9. EL LUCHADOR. (The Wrestler, Darren Arofnosky, EEUU).
Darren Arofnosky parece dar un salto al vacío cada vez que dirige una nueva película. Sin saber a donde caerá. Ese punto de riesgo, es cuanto menos destacable. El mismo salto al vacío que deja al espectador sin aliento, pero con una sonrisa, cuando un renovado Micky Rourke salta al final del film, y los créditos invaden la sala. La agonía profesional, emocional, y también moral que se narra en esta película, y la manera de contarlo, siempre dándonos la espalda sin apenas esperanza, convierten a El luchador en una de las mejores películas del año. Otra de las mejores atmósferas del año. Huele a óxido. Huele a carne vieja. Y huele a derrota, en cada uno de sus planos. Huele a película, que hay que volver a ver, para poder disfrutarla completamente.
10. PARANOID PARK (Gus Van Sant, 2007, EEUU).
Lo sé. No es de este año. Es del 2007. Pero se ha estrenado este año, y para la gran mayoría es una película prácticamente desconocida. Paranoid Park, a través de un ajustadísimos uso temporal, nos brinda el mejor retrato adolescente, no sólo del año, sino de la década. Se podría discutir, sobre si Elephant también lo es, pero nos da lo mismo, porque ambas están firmadas por el mismo director. El drama interno, y el desarrollo de la historia en esta película, nos recuerda que el uso de los elementos cinematográficos, se puede controlar para alterar el sentido de lo que se cuenta.Todo un ejemplo lleno de maestría, de las posibilidades que ofrece el medio, en tan sólo 80 minutos. No es necesario más, para rodar una película tan contundente.
Reconozco que otras películas también me han llamado mucho la atención como El imaginario del Dr.Parnassus (The Imaginarium of Dr.Parnassus, Terry Gilliam) Anticristo (Anticrhist, Lars Von Trier), La cinta blanca (The Withe Ribbon, Michael Haneke), Vals con Bashir (Ari Folman) o Gigante (Adrián Biniez) pero al fin y al cabo las listas absurdas, están para ser cerradas, y rescatar diez me parece suficiente, o al menos las diez más redondas. Como comedia del año me quedo con Bienvenido al norte (Bienvenue chez les Ch'tis, Danny Boon), una desternillante historia sobre las diferencias entre el norte y el sur francés, pero que bien se podrían aplicar a cualquier territorio.
Y por el otro lado, no puedo evitar nombrar a Dragon Ball Evolution (James Wong) como la peor película del año. Y aquí sólo entra lo emocional. No se pueden jugar así con las ilusiones de la gente. No se puede.
Dentro del cine español, no me cabe duda, de que la película del año es La Celda 211 (Daniel Monzón). Tiene todos los elementos para que lo sea. Una buena historia de género. Una realización contundente, y la mejor interpretación del año a cargo de Luis Tosar interpretando al personaje de Malamadre. El cual, si los productores son avispados, bien podría tener su propia precuela. Pero reconozco que Ágora (Alejandro Amenabar), y Los abrazos rotos (Pedro Almodovar) me parecen dos de las obras más maduras de sus respectivos directores, en contra de lo que pueda opinar la mayoría. Aunque sobre esto se podría discutir en otro post aparte. En el otro lado de la balanza, películas como Fuga de Cerebros (Fernándo González Molina), Mentiras y gordas (Alfonso Albacete, David Menkes) o [REC 2] (Jaume Balagueró, Paco Plaza) son más que necesarias en nuestra escasa industria para atraer a un público joven y entregado e inrementar un poco los puntos del cine patrio, en un año que ha ido mejor de lo ue se esperaba. Sin embargo la calidad de estas películas es más que bochornosa. Pero eso también es tema para otro post.
Para los que hayáis llegado hasta aquí, siempre me quedo a la espera de saber cuales han sido vuestras diez del año, o vuestras cinco, o vuestras tres, o vuestra película del año. Estas son las mías. Os deseo...
¡Feliz año nuevo a todos! y ¡Feliz entrada de década!