viernes, 30 de marzo de 2012

Un cigarro y me voy

Un cigarro y me voy. Es el último. Vamos, enciende el mechero…tengo que ir a los chinos a por un mechero nuevo. Mi aspecto debe ser patético. Lo sé porque otra vez llevo el cordón de la bota sin abrochar. Que se quede así. Si me tropiezo me hago un favor. La piedra del mechero está hecha una mierda. Tengo que ir a los chinos. Aunque esté de resaca. Joder. Se me ha caído el último cigarro al suelo. Cojonudo. Está empapado en mierda. Vaya asco de suelo. Podría vomitar en él y les haría un favor. No puedo fumarme eso ahora. Y paso de pedir tabaco. Paso de hablar con nadie. Me pregunto por qué este Four Roses se hace tan largo. Los hielos son como clavos. El borde del vaso es como una sierra. Se me están agrietando los labios. Ojalá fuera lo único. Si sigo así sólo voy a conseguir que me reviente el hígado. Y ganarme un par de puñetazos. O darlos. Eso todavía está por ver.

Es Four Roses, pero sabe a Dyc. Antes no era así. Antes disfrutaba con esto. Antes, el Jack Daniels era Jack Daniels. El Macallan era Macallan y era la hostia. Pero claro…eso era antes. Ahora todo me sabe igual. Y casi todo me suena igual. El gordo impertinente no deja de empujarme por la espalda. Por lo menos me ha dado ya dos veces. Y ha conseguido que me gire. El tío lleva un buen rato mirándole el culo a esa chiquilla. Baboseando. Se nota que ella no tiene novio. ¿Qué hora es…?, ¿las seis y media? Joder, casi las siete…No, no tiene novio. Y está buscando algo. Lo sé yo, lo sabe ella y lo sabe media ciudad. Pero no va hacer nada de nada. Ha salido a “pasárselo bien”. Tremenda hipocresía. A pasárselo bien. Por eso ha salido con sus amigas. Y por eso está ahí sola, bailando sobre tacones de coca y calentando a medio local. No me jodas. Nadie lo puede pasar bien en un lugar así. Es probable que no tenga ni dieciocho. Si su padre viera cómo este gordo mira a su hija, él mismo le partiría la cara. ¿Cuántos? ¿Trenta y tantos? ¿Cuarenta? Igual alguno más. Por mucho que meta barriga hacia dentro y se haya echado cinco kilos de gomina. Prefiero no mirar si lleva anillo de casado. ¿A quién pretende engañar? Y luego dirán que el amor no tiene edad. Y una mierda. Pues claro que tiene edad. Y si el amor no la tiene, el sexo seguro que sí. Quizá ella no tenga padre...Otra vez…Otro empujón…Como me vuelva a tocar, juro que le parto la boca aquí mismo.

La música cada vez más alta. Ha puesto todo el repertorio para punkarras, "so payaso" incluido. ¡Venga ya, cambia el puto cedé! No hay manera. Pobre tío. ¿Cuántos años perderás en ese pedestal creyendo que eres el que hace bailar a la gente? No eres tú…son todas estas ratas. Van puestos hasta las patas. Aprendiz de deejay. Te crees Jeff Mills y no pasas de mezclar bien dos temas de Platero. No me jodas. Esta música es una mierda para estar en un garito a las siete. El ambiente es una mierda. El whisky es una mierda. Y huele a mierda. A mierda y a sudor. Porque este antro es una mierda. Y eso...ya lo sabía antes de entrar.

No sé cómo se llama. El antro. No sé cómo se llama. Voy demasiado pedo para leer cualquier cosa. Aunque pudiera, no se ve una mierda. El Dyc parece sangre. No sé si al final he pedido un Dyc o un Four Roses. Me sabe a Dyc, da igual. Es esa luz roja. Igual es la única que hay en todo el bar. Pero los cabrones cobran entrada. “Vale por una cerveza”. Si ese orangután de la puerta no ha sido capaz de oler el pestazo que echo a whisky es que trabaja aquí por méritos propios. En bombillas no gastan, eso seguro. En el puti de antes se veía más. Qué gracioso…qué gracioso…En todas las ciudades hay un bar que se llama infierno. Es como el bar Manolo donde vas a echarte el carajillo de la tarde. El bar Manolo… El infierno…“¿No has estado en el infierno?”…oh, ¡pues es un bar de puta madre! Ponen unos temazos cojundos”. Cuántas veces he oído eso de niñatos de papá… No hay nada peor que escuchar a uno de esos pijos alardeando de que el infierno es su segunda casa. De que vive en el infierno. Que siempre cierra la noche allí, manchando sus converse Uno sabe que vive en el infierno porque se le quema el corazón. Y porque se le derrite el alma…Otro empujón… Van cuatro. Ella sigue bailando. El pantalón blanco ajustado le echa un par de años más…pero tiene cara de no haber roto un plato en su vida. Ni de haberlo roto, ni de que se lo hayan roto. Y va hasta las patas.

Whisky de mierda…me está dejando la hígado como un colador. Si al menos me reventara limpiaría esta pocilga con la bilis.

El tío se va a envalentonar y le va a decir algo. Como si lo viera. Está cantado porque va como Alfredo. A tan sólo unos segundos de hacer un ridículo tremendo. Da igual. Mañana no se acordará. Ni él, ni ella. Ni yo…Por suerte. Se la está buscando desde hace un rato. Él y la cogorza que lleva. ¡Vamos, déjalo! No eres John Travolta. ¡Ni siquiera John Travolta se parece ya a John Travolta! Todo sabe a rayos. Trago dos veces. No quiero vomitar aquí en medio. Traga y aguanta. Traga. No vomites aquí en medio. Y los hielos siguen sin derretirse. Es la eternidad. Concentrada en este vaso. Almacenada entre los hielos. En cada una de las gotas que se han quedado suspendidas del borde de cristal. Balanceo el vaso de izquierda a la derecha…miro el movimiento acompasado de la mezcla…de izquierda a derecha…de derecha a izquierda…de izquierda a derecha…una y otra vez. Suave, cada vez más suave. Sigo con mis ojos el balanceo de la bebida rebotando contra el cristal. Como las olas que rebotaban en tus tobillos en la playa de Mónsul cuando nos conocimos...Como aquel balanceo del columpio en el que empujábamos a nuestra pequeña...Como la cuna que mecías agarrándome con fuerza antes de irte...antes de que ella se fuera...de derecha a izquierda…de izquierda a derecha…de derecha a izquierda...Me estoy mareando... ¡Joder! Otro empujón por la espalda. Me giro. No es él. Es ella. Tengo su culo pegado a mi polla y la mano del gordo en medio. Le agarra el culo con fuerza. Ella le está metiendo la lengua hasta la garganta. Creo que ha llegado el momento de que alguien me parta la cara. O de que se la parta yo. Da lo mismo...Me fumo un cigarro y me voy…

miércoles, 28 de marzo de 2012

La granja en 35 mm en Zaragoza

Este viernes 30 de marzo a las 19:30 horas de la tarde, se proyectará el corto en 35 mm en el Colegio Mayor Pedro Cerbuna de Zaragoza junto a todos los finalistas a mejor cortometraje de los I Premios Simón del cine aragonés. Será la primera vez que el cortometraje se vea en su formato final en Zaragoza. Allí estaremos para presentarlo y para disfrutar del resto de trabajos.

Mientras, les recuerdo que si no han visto el corto y quieren llegar a él, siempre pueden comprar la película “Si no nosotros, ¿quién?”, donde lo encontrarán como extra.

viernes, 16 de marzo de 2012

Brújula sin manecilla


No se puede confiar en alguien que se compra una brújula sin manecilla. No se puede. Aunque bien mirado, tampoco resulte tan extraño en un mundo donde hay demasiadas incongruencias a nuestro alrededor como para no desconfiar del mismo. Según diversos estudios geológicos innecesarios para el caso, está comprobado que el mundo es más bien ovalado. Vaya obviedad. Es decir, está lejos de parecerse a una esfera. Sin embargo, cuando cualquiera de nosotros piensa en el globo terráqueo, a nadie se le ocurre hacerlo como si fuera un huevo de avestruz mastodóntico. A todos nos viene la imagen de una pelota redonda, perfecta en su circunferencia, más bien azul y con trozos de tierra afinadamente colocados, donde, por supuesto, Europa o Norteamérica (según la procedencia) siempre, siempre, siempre, estarán en el centro. Y partiendo de este recordatorio tan obvio como innecesario, pues ya sabemos que de nada, o de casi nada, nos podemos fiar. ¿Cómo vamos a confiar de un mundo fabricado por nosotros a nuestra medida? Y así, conforme van pasando los años, nos invade poco a poco el pensamiento de ese alumno sabelotodo, de ese meteréologo sin fallos en sus predicciones que, orgulloso, está a punto de jubilarse. O lo que es lo mismo, con el paso del tiempo, nos convertimos en ateos por vocación. En escépticos de oficio. Es una cuestión de confianza. Y de tiempo. O quizá de ambas, pero sobre todo de tiempo.

Hay muchas incongruencias en las que no podemos confiar. Cientos, miles, millones. Infinidad de ellas. No podemos confiar en todas esas personas que te giñan el ojo cada vez que te saludan. Eso a mí no me da confianza. Eso, más bien me indica un tic congénito de difícil curación. Porque sabemos que el movimiento ocular del párpado que provoca el guiño no es natural en el ser humano. Ya que este, casi siempre, tiende a guiñar los dos ojos a la vez, en lo que comunmente se conoce como pestañeo. Si el guiño siempre va a acompañado de una sonrisa provocada al caso, lo mejor que puede hacer uno es salir corriendo cuanto antes. Al igual que no se puede confiar en alguien que "se alegra de verte" pero no recuerda el nombre de tus hijos/novia/padres y te pregunta por “tus pequeños”/”chica”/”viejos”. A veces, incluso "se alegra de verte" y ni te pregunta. Que para el caso, casi mejor. No se puede confiar en los semáforos en ámbar que parpadean en los cruces. Se sabe que son el motivo de mayor causa de retenciones en la ciudad. Sólo después de las visitas del Rey y las huelgas generales. ¿Quién va a confiar en algo que provoca accidentes continuamente en vez de evitarlos? Al igual que tampoco podemos confiar en los taxistas que te preguntan por dónde quieres ir a tu destino, si por A, o por B. Hay algo raro en alguien que pasa diez horas al día pegando volantazos por ahí y no tiene claro qué camino tomar. Tampoco podemos fiarnos de alguien que siempre pide el café con sacarina pero olvida comentárselo al camarero para obligarle a andar el doble de lo estrictamente necesario. Eso sí, en cuanto ve el sobrecito de azúcar, inmediatamente después se activa su neurona "pide sacarina" y da la orden correcta. Como si las barras de los bares tuvierna una cinta mecánica en el suelo. Con este tipo de sujetos hay que tener especial cuidado. A mí, siempre me parecieron peligrosos. Porque su pensamiento se basa en que el camarero está ahí puesto para servir y la servidumbre, a lo largo de la historia ,siempre ha significado andar un montón. Andar para aquí y para allá. Andar hasta que machacar los pies. Aunque no siempre haya sido necesario, ni haya servido para llevar cafés. Valga la redundancia.

Y porque, en definitiva, no se puede confiar en alguien que ha comprado una brújula sin manecilla. Aunque eso ya lo he dicho al principio. De hecho, comprar una brújula, ya es un acto bien extraño en sí. ¿Para qué narices sirve una brújula sin manecilla? ¿Quién necesita una brújula en estos tiempos? ¿Qué es una brújula? ¿Existen realmente? ¿Alguien ha visto alguna vez una? Lo malo de comprar una brújula sin manecilla, es que no suelen vender manecillas sueltas de recambio. Pero claro…cómo le explicas a alguien que tiene una brújula sin manecilla, que si no encuentra una, pronto perderá el norte. Expresión que, por cierto, implica cierto grado de locura. ¿Vendrá de ahí? Aunque la relación entre el norte y los locos quizá sólo tenga explicación en Suecia, Noruega, Finlandia y quizá también en Seattle. Sobre todo en Frasier.

Si usted va a comprar una brújula, mejor hágalo con manecilla. Aun a riesgo de perderse en el trayecto. Porque si no, sólo le quedará coger un taxi para llegar a donde quiere. Y confiar en que el taxista no sea diabético... Y también en que conozca el camino hacia el destino... Y en que no se cruce con un semáforo ámbar... Ah, eso no, por favor. Y a ser posible, confiar en que se haya acordado de pedir el café con sacarina... Por lo de la diabetes, claro. Y en que no le guiñe el ojo cuando vaya a pagar la carrera... Y por favor, por favor...que no sonría mientras guiña el ojo. Y así no se puede… Así, de veras, que no se puede. Porque un taxista guiñando el ojo, eso sí que no. Eso implica siempre, que uno tiene delante a la persona de menos confianza sobre el redondo globo terráqueo. Que es muy redondo, claro está. Así que bien mirado, hacerse con una brújula que tenga al menos una manecilla resulta fundamental. Pero que tenga manecilla, si no nada, nos están timando. Porque puestos a confiar, siempre es mejor confiar en la manecilla para perderse en el trayecto que nunca haberlo encontrado, ¿no?

miércoles, 14 de marzo de 2012

Agenda La Granja

Actualizando algo de las próximas proyecciones del cortometraje.

Mañana jueves 15 de marzo (19.30 horas), se proyectará en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Zaragoza como palmarés del IV Certamen de Cortometrajes de Bujaraloz. Será dentro del ciclo "Conocer a Dario Villagrasa (Dir. del Festival de Cortometrajes).

El viernes 30 de marzo (19:00 horas), se proyectará en el Cine-club Cerbuna de Zaragoza, junto al resto de los finalistas de los I Premios Simón del cine aragonés, donde "La Granja" está nominado en la categoría de Mejor Cortometraje, junto a la nominación de Laura Contreras en la categoría de Mejor Interpretación. Pueden ver el resto de los finalistas aquí.

En abril (fecha por confirmar), se proyectará en el 20º MECAL, Festival Internacional de cortometrajes de Barcelona, en una sección especial dedicada al cine de terror.

viernes, 9 de marzo de 2012

A la salida de Luces Rojas



A la salida del cine, en los pasillos, me coloco detrás de dos tipos que caminan hacia la calle. Presto atención a la conversación entre ambos. Hablan sobre “Luces rojas”. Deduzco que son guionistas. Recojo aquí sus impresiones de la forma más fidedigna posible. Para diferenciarlos y ocultar en todo momento sus identidades les llamaré… escéptico y creyente. Y claro, hablan de una peli después de verla, así que hay spoilers por todas partes:

ESCÉPTICO: Joder macho, este tío cada vez me gusta menos. Pff, siempre termina saltándose sus propias premisas dramáticas.

CREYENTE: Pues yo he disfrutado un huevo. Creo que tiene mérito escribir una película que te hace dudar constantemente. A mí me ha llevado en volandas, aunque el final es algo frío, lo reconozco. Pero la peli plantea mogollón de interrogantes.

E: ¿Pero de qué vas a dudar? ¿Si ha estado todo el tiempo centrando tu atención en un personaje y la anagnórisis final es, precisamente, sobre el personaje contrario? A mí me ha parecido un timo barato. Cortés necesita un guionista ya.

C: Pues a mí las dudas de Cillian me han interesado. Joder, no me negarás que la peli tiene ritmo. Al menos, yo he empatizado con esa búsqueda de la verdad.

E: ¡Hombre! ¡Pues claro! ¡No vas a empatizar con Sigourney! Que la palma a mitad de peli. Vamos, tiene huevos rodar con Ripley para un papel tan simplón. Lo podría haber hecho cualquiera.

C: Puede. Pero si lo piensas, su función es clara. A partir de su muerte, empiezas a dudar de los poderes de Silver. Además, es un giro cojonudo. Y está reforzado con otro nudo para que termines de dudar, cuando el tío encuentra toda su habitación desordenada. Incluso la chica me planteaba dudas de si podía ser parte de un gran montaje preparado por Silver.

E: Yo lo único que he dudado es qué tendrá que ver el rollo ese de las luces rojas de la campaña de promoción, con la peli que acabamos de ver. No sé, esperaba otra cosa, la verdad.

C: Expectativas, el problema de siempre. Expectativas. A mí me parece que tiene mucho mérito escribir toda una trama en fuera de campo. Piénsalo. Una vez llegas al final, te planteas todos los momentos que has visto, y todo cobra otra importancia: Silver tocándole la cara a Cillian, que él sepa adivinar qué va a decir Sigourney en el programa de tele, el hecho de que todo explote cuando antes, en cuestión de frames, hemos visto que es él mismo quién enciende todo el mecanismo. Hasta el hecho de la aparición de Silver en la habitación, me hace pensar que probablemente a Silver, se le estuviera apareciendo Cillian en ese momento en su habitación.

E: Sí, sí, si toda tu atención está en una dirección y por eso el final no tiene sentido.

C: Lo que pasa, que a mí el final me hace replantearme toda la peli desde el punto de vista de Silver, el que se nos ha ocultado. Eso, sería algo así como... una segunda trama en fuera de campo, ¿no? ¿Y el hecho de que se corte con cristales y luego en la secuencia siguiente esté como si nada? No me digas que no te lo has comido con patatas. Y la línea de sal en esa escena a lo "Mullholland Drive". ¿Quién se quiere proteger de quién? Creo que ha jugado con nuestra atención y que propone un laberinto bien interesante para el espectador. Igual con un segundo visionado, las cosas quedan más claras.

E: Para, para, que te embalas…A ver, a ver…te voy a decir cuál es la diferencia entre “El sexto sentido”, “Los otros” o “El truco final” y la peli de Cortés. En las tres primeras, te interesa la revelación final, porque te importa lo que le pasa al personaje protagonista. Porque vives la historia con él. Aquí, no te interesa lo más mínimo lo que pasa al final, porque el personaje que había despertado tu interés no es el de Cillian, es Silver. Además, ¿cómo se llama el personaje de Cillian? ¿Eh? ¿Cómo se llama?

C: ehhh...pues...

E: Pues eso, que el que te interesa es el de De Niro y por eso te acuerdas que se llama Silver. De ese sí te acuerdas. Tu pregunta... tu planteamiento... es qué narices es Silver: si un fraude o un semi-dios. Por tanto, que la anagnórisis venga en el otro personaje, es como si descubrimos que Luke es hermano de Leia porque se lo cuenta ella. Nos daría lo mismo. Porque lo que nos importa, no es qué es Luke...sino, quién es Darth Vader. Por eso ahí sí tiene fuerza y aquí no.

C: Te contradices, pero bueno…Igualmente, no me dirás que la peli no te ha mantenido en vilo durante un buen rato.

E: Sí, la verdad que ritmo tiene. Y el montaje está cojonudo. Pero etsamos hablando de cuestiones de guión, no de dirección. Que no, que no…Que no puedes escribir toda una película pensando en el final.

C: Pues yo creo que es precisamente lo que hay que hacer y a mí me enseñaro a escribir pensando en el final. De esa forma, no sólo piensas en los personajes, sino que también lo haces en el espectador. Además, que a mí no me parece que sea un proceso tan separado. Recuerda que él escribe, dirige y monta. Es decir, que él hace realmente la peli y piensa en todo el proceso desde el inicio al final.

E: No, lo quiero decir, es que no puedes escribir una historia a expensas de una sorpresa final. Que entonces, aunque el desarrollo sea interesante, la peli te deja frío.

C: Vamos a ver. El cine, ¿para quién se hace? Para el espectador, ¿no? El cine debe ser un disfrute para el espectador y esta peli está pensada para eso. Plano a plano, secuencia a secuencia. Así, poquito a poco. Llevándote por una historia para que tú disfrutes y te hagas preguntas. A mí me parece que esta peli lo tiene. Salvando las distancias, pero al estilo de las pelis de Hitchcok, donde uno siempre disfruta porque encuentra su hueco en la peli.

E: Bueno, bueno, bueno...ya estás desvariando. Además, que por entretenida que sea, el final es de lo más torpe. ¡ Si hasta se ve que tiene la necesidad de incluir imágenes que ya hemos visto para que todo el mundo lo entiend! ¡Venga hombre! Eso no es pensar en el espectador, eso es maltratarlo. Buff, anda que no canta ese final y ese montaje de imagenes. Vamos, eso no se hace ya ni en los cortos de escuela.

C: Pues en “El truco final” también se utiliza y a mí no me molesto. Es más, mola cuando vuelves a ver esos momentos que te han colado, porque dices...joder macho, qué bien lo has hecho, pero qué bien.

E: Eres muy generoso. Y estás condicionado porque te gusta el cine de este tío. Le tienes devoción. Y yo no digo que no tenga talento ¿eh? Que creo que lo tiene y mucho. Pero vamos, que su peli redonda está por llegar, de eso, estoy seguro.

C: Tío... que es su tercera peli. Échale un vistazo a la tercera de Hitchcok y me cuentas. Se supone que nos dedicamos a esto, y a mí me la ha metido doblada. Yo eso lo valoro. ¡Si tú sabes de sobra que ir por delante del espectador es de lo más jodido! A mí me parece que el pulso narrativo que mantiene tiene mérito.

E: Pero, ¿para qué? Para ese final tan anticlimático. Prefiero el de “Concursante”, con todo su barroquismo y ese triple montaje en paralelo.

C: A mí este guión me parece mucho más maduro.

E: Pues a mí, me convence más la historia de "Concursante". Aquí, esperas alguna respuesta sobre Silver, y coge y te da una respuesta sobre Cillian, que te importa más bien poco.

C: Él ya ha dicho que eso no le interesa. Que la peli quiere ofrece preguntas, no respuestas.Y que además, cuando situas al espectador al mismo nivel de información que los personajes, siempre hay una pequeña decepción.

E: Marketing…puro marketing.

C: Ingenio diría yo. Va por delante y nos la ha colado, reconócelo.

E: Para ti la perra gorda.

C: ¿Y De Niro? ¡Está tremendo! Hacía años que no le veíamos así.

E: Pase, pero no es suficiente.

C: Estoy pensando que si se anima mi novia, igual me vuelvo a verla de nuevo. A ver si identifico las luces rojas con claridad.Me da la que la peli puede ganar en un segundo visionado.

E: Estás fatal. A ver si se estrena ya [REC3] y te dejas de chorradas. Ahí por lo menos, ya sabemos a lo que vamos desde el principio.

C: Pues eso, expectativas. ¿Te hace ir la semana que viene al estreno de “John Carter”? Es de Pixar.

E: ¿Estás de coña? Pff...Están hablando fatal. Y no es de Pixar, es de Disney. Lo que pasa que tiene al director de Wall-E. Otra que por cierto, a partir de la mitad, pufo total.

C: Joder macho, qué exquisito te pones. Cualquiera diría que tú has sido el que ha escrito…

E: Eh, eh, eh. Eso era diferente (silencio). Era una mierda de guión, pero me lo pagaron bien.

C: ¡Qué dices! ¡Pero que te van a pagar bien! Eso sí es una puta luz roja, jaja.

E: Toma anda, quédate tú con la ficha de la peli, que seguro que te da por escribir algo en tu blog.

C: No creo… Cuando la vea por segunda vez, igual me lanzo. Pero bueno, que algo de mérito tendrá cuando llevamos hablando un buen rato .

E: Eso, eso...ahora la peli tiene mérito porque da de qué hablar. La peli si se aguanta, se tiene que aguantar por sí misma, no por las charlas de después.

C: Pues yo igual desde “Los cronocrímenes” que no le daba tantas vueltas a una trama.

E: Fatal macho, estás fatal. Lo que yo te diga. Mejor no hablamos del guión de "Los cronocrímenes, ¿eh?

C: Pues a mí me parece un peliculón.

E: Qué fácil eres, pero qué fácil...


Del resto, no puedo reproducir mucho más. Una gaviota se estrelló en la cabeza del guionista escéptico y le dejó noqueado en el suelo. Ya saben la continuación...ambulancia, mucha gente mirando, y twitter revolucionado por el acontecimiento. Un deus ex-machina en toda regla.

viernes, 2 de marzo de 2012

SOBRE EL ESTÍMULO Y EL SOBRE ESTÍMULO


Estímulo: Factor actor externo o interno capaz de provocar una reacción positiva o negativa en una célula u organismo.

Sensación: estimulación de una célula sensorial especializada por un estimulo (externo o interno), que a su vez activa a una neurona sensitiva generándose un impulso nervioso, el cual se transmite hasta el centro nervioso correspondiente, donde se produce la interpretación del mensaje.

Lea detenidamente el siguiente texto. O mejor, si tiene tiempo que perder, experiméntelo. Tómese su tiempo. Si ya ha llegado hasta aquí, se puede tomar un tiempo.

Estimule una imagen agradable en su cerebro. Recuerde algo que ha vivido y conviértala en una imagen. Alguna que pueda recordar con facilidad. La que sea. Alguna que le haga sentirse bien. Perfecto.

Ahora que ya tiene algo pequeño en su cabeza, manténgalo durante un tiempo determinado, el que usted elija. Concéntrese en la imagen. Deje leer y concéntrense en esa imagen durante unos segundos. Intente no desviar su atención de la imagen que ha elegido. Concéntrese en ella.

Bien. Ahora que la ha mantenid,o intente quitar esa imagen de su cabeza. No puede, ¿verdad? Usted lee imagen e inmediatamente después le viene esa última imagen en la que acaba de concentrarse.

Piense en otra imagen. La que sea. Alguna quizá un poco más desagradable. Mucho más desagradable. Algo que odie profundamente y que le haga tiritar. Perfecto.

En este mismo instante acaba usted de borrar la imagen en la que había pensado previamente, la primera,, que sin embargo, por el recuerdo de esta frase, ha vuelto de nuevo a su cabeza. Estímulo. Usted ha estimulado una imagen que ha provocado una reacción positiva. Al estimular una imagen negativa ha deseado volver inmediatamente a la imagen positiva que había generado. Estímulo externo con reacción determinada.

Estimule ahora una sensación positiva. Algo que pueda sentir en sus entrañas. Sí, sí. Los actores lo hacen fácilmente. Si ellos pueden, usted también. Se puede estimular la sensación. Concéntrese. Intente concentrarse en una sensación determinada. En su corazón, en su estómago, en lo más profundo de su alma. Sienta. Estimule alguna sensación positiva que pueda estimular con facilidad. La que sea. Alguna que le haga sentirse bien. Concéntrese. Perfecto. ¿La tiene?

Ahora que ya siente algo positivo, manténgalo durante un tiempo determinado, el que usted elija. Unos cuantos segundos. Intente no desviar la atención sobre la sensación que ha escogido. Bien.

Ahora que la ha mantenido intente eliminar esa sensación de su corazón. No puede, ¿verdad? Estimule otra sensación. Negativa esta vez. La que sea. Alguna un poco mayor, más compleja. Intente centrarse en esa nueva sensación. Alguna de carácter negativo. En este mismo instante se acaba de dar cuenta que la sensación que atravesaba sus entrañas hace un instante no ha desaparecido del todo, al igual que sucedía con las imágenes que generaba su cerebro. Efectivamente, sigue ahí. Está usted atravesando dos sensaciones a la vez. O al menos el leve recuerdo de una de ellas. Como la espuma que queda tras la ola. Sabe que no se moja los pies, pero igual los humedece. No se preocupe, no durará mucho tiempo.

Intente desechar ambas y vuelva al estado inicial en el que su corazón no estaba sometido a la sobre estimulación de sensaciones. ¿Está usted interpretando el mensaje? No se apure. Ahora lea las dos siguientes columnas de palabras. Primero una. Deje pasar unos segundos y lea la segunda. Hágalo con cierta rapidez.

Amorfos

Insectos

Asfaltos

Infectos

Deformes

Alientos

Idiotas

Ineptos

Aromas

Sesudos

Perfumes

Saludos

Abrazos

Susurros

Caricias

Desnudo

Usted no sabría explicar por qué, pero de las siguientes columnas le parece mucho más atractiva la segunda ¿verdad? Es más, le he pedido que lea dos columnas, cuando solo hay una. Estaba tan pendiente de buscar la segunda columna, que en la lectura se ha dejado llevar con rapidez. Su cerebro, y por tanto su parte inconsciente, su yo más intrínseco acaba de descubrir que la segunda columna de palabras resulta más agradable que la primera. Y lo ha hecho de forma inconsciente. ¡Qué maravilla! Usted acaba de recibir catorce estímulos directos. En los dos casos, siete palabras en cada columna. Usted esperaba dos columnas espaciales y en realidad, existen dos columnas separadas por contenidos: negativos y positivos. En los dos casos, veinticuatro sílabas sujetas por una leve rima asimétrica para que la lectura sea más agradecida. Y sin embargo, si tuviera que elegir…sólo en el caso de que tuviera que elegir con alguna de las dos partes de la columna, escogería la segunda parte.

La interpretación puede ser tan positiva como negativa. Depende de quien lea. Depende de quien escriba. La recepción del mensaje y su decodificación puede resultar tan amorfa como aromática. ¿Curioso verdad? Son las dos primeras palabras de cada columna. Piense en el aroma. Ahora piense en el amorfo.

Aroma. Amorfo. Aroma. Amorfo.

De nuevo una sobre estimulación, que además en este caso resulta contradictoria. ¿Por qué? Porque su vida es contradictoria. Porque usted es contradictorio. Porque es en la contradicción donde encontramos la poesía. Porque sobre su estímulo existe también un sobre estímulo. Según el prisma desde donde se mire. Porque amorfo y aroma son contradictorios. Y porque lingüísticamente, aunque parecidos, nos derivan a dos estímulos completamente diferentes. Sin embargo caricia y susurro no lo son. Por eso están en la misma columna.

Elija una de las dos palabras. Caricia o susurro. ¿Se complica verdad? Imagínese que tiene que quedarse con una de las dos. Ya no es tan fácil. Porque a usted le gusta la palabra caricia, pero la palabra susurro también le agrada. Le gusta el carácter aterciopelado que acompaña a la palabra caricia, pero también le tiembla el pulso al pensar en el eco evocador que conlleva la palabra susurro. Ambas pertenecen a la misma columna. ¿Cuál es el problema entonces? Lea ahora las siguiente columna, hágalo rápido, no deje tiempo para pensar en qué significa cada palabra. Esta vez solo hay una columna. Adelante:


Amorfos

Sesudos

Asfaltos

Saludos

Deformes

Susurros

Idiotas

Desnudos

Aromas

Insectos

Perfumes

Infectos

Abrazos

Alientos

Caricias

Ineptos

Se encuentra altamente saturado. No entiende por qué, pero lo encuentra todo entremezclado, confuso. Acaba de recibir catorce imágenes en su cerebro. Acaba de sentir catorce sensaciones diferentes en su lado más inconsciente. Todas contradictorias. Estímulos positivos y negativos seguidos. ¿Se encuentra cansado después de leer las catorce palabras seguidas? No se preocupe. Concéntrese tan sólo en una pequeña parte de las catorce palabras. Lea sólo la última letra de las catorce palabras. Hágalo despacio. Reproduzca con su lengua y sus dientes el sonido de la última letra de cada palabra. Es siempre la misma. 16 "eses" una detrás de otra.

SSSSSSSSSSSSSSSS...


Piense en el silencio.

Silencio.

Silencio.

Silencio.

Toda palabra puede resultar bella si se coloca en el lugar adecuado. O si se repite una y otra vez cacofónicamente. Toda sensación puede resultar bella si se recibe con el estímulo adecuado. Toda imagen puede resultar bella si se crea con el ambiente adecuado. Palabras, imágenes y sensaciones pueden resultar aterradoras si las recibimos a través de estímulos inadecuados o, sencillamente, desordenados. Como en Mullholland Drive: silencio.

Sin embargo y pese a todo, siempre nos quedará (a usted y a mí) el silencio. Disfrute ahora del mismo y de la belleza que se oculta en su palabra. Silencio.

Y entre sus sílabas. Si len cio.

Y entre su letras. S i l e n c i o.


-Foto: La Catedral del Mar en Barcelona-